Claudia Patricia y Jorge Chuchuy, herederos de una tradición de peluqueros que sueñan en grande

Desde su local de España y Adolfo Güemes, dos de los hijos de Miguel Angel Chuchuy, aspiran a tener un centro de belleza donde sus clientas “no necesiten ir a ningún otro lado”. 

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En el glamoroso mundo de la belleza, tener nombre propio hace la gran diferencia. Y si además ese nombre tiene historia, mucho mejor. Claudia Patricia Chuchuy es, desde 2010, la propietaria de la peluquería que lleva su nombre en la transitada esquina de España y Adolfo Güemes. Y no sólo tiene un nombre bien ganado por su trayectoria. Es además hija y nieta de reconocidos peluqueros salteños, como es Miguel Angel Chuchuy, su padre; y como fue Berta, su abuela.

Como no podía ser de otra manera, Claudia aprendió el oficio de su papá casi al mismo tiempo que su hermano Jorge Chuchuy, que la acompaña al frente del negocio. Pero luego de aprender todos los secretos de la peluquería, decidió emprender un camino propio. Primero, en 1996, se instaló con Estilos y Tendencias en avenida Belgrano 767. Y luego de una pausa por la maternidad, volvió en 2001 con un local en Ituzaingó 112, al lado de la peluquería de su abuela y a metros de la de su papá.

Pero en 2010 decidió salir de esa “zona de confort” para encarar un desafío más grande. Tan grande como el salón que alquiló en una zona que no tenía el bullicio del microcentro, con tanta gente de paso. “Cuando comenzamos a arreglar el local, comenzó a correr el rumor de que venía Giordano a Salta”, comentó con humor Claudia, quien reconoció que las gigantografías en la puerta de entrada y en las ventanas llamaban la atención de todos los que pasaban por el lugar.

Allí abrió “la peluquería de Claudia Patricia Chuchuy”, y ella asegura que lo hizo “con mucho miedo”. Pero sus temores se disiparon rápido, porque las clientas la siguieron a su nuevo local; y pronto se sumaron a ellas vecinas del barrio y “de la Belgrano arriba”.

Hace cuatro años se sumó al negocio su hermano Jorge, que también tenía una peluquería propia. “Yo le propuse varias veces y tardó un año en tomar la decisión, pero me encanta que haya venido a trabajar conmigo. Nos complementamos y ayudamos mucho”, expresó Claudia sin dudar de la conveniencia de la incorporación. Jorge estuvo de acuerdo y agregó que “tenemos una muy buena comunicación; lo cual es muy importante en momentos como el actual, en los que la situación económica está más complicada”.

Consultados sobre el perfil de los clientes, Jorge aseguró que “es muy amplio. Va desde jovencitas a señoras de 90 años; y también hombres, que en mi caso son cerca del 30% de los clientes”. Y aseguró que la demanda varía según el momento del año y del mes. “Siempre los últimos meses del año, en verano,  se trabaja mucho más que en los meses más fríos. Y la primera y la última semana del mes son flojas; pero aumentan las clientas en las dos semanas del medio”, detalló.

Contó además que trabajan cada vez más con agenda, para poder brindar a cada cliente el tiempo que requiere. “Como peluquero, siempre veía a gente que tenía que esperar hasta dos horas para ser atendida, gente a la que no le sobra el tiempo; y eso me hacía sentir mal por ellos. Entonces, para poder concentrarse en el cliente, para trabajar más tranquilo y descontracturado, prefiero dar un turno. Entonces llamás a la peluquería o me mandás un mensaje, yo te asigno un turno y sabés que vas a ser atendido de la mejor manera a la hora que te dijimos”, explicó.

Jorge afirmó también que la competencia no es un tema que les preocupe. “Hay al menos cinco peluquerías del centro de Salta que son de familiares. Entonces vemos el tema con un corazón mucho más grande. A mí me gusta decir que la verdadera competencia es uno mismo; porque de esa manera te motivás a seguir creciendo y aprendiendo”, reflexionó.

¿Cuál es el secreto de este negocio?, preguntó IN Salta a Claudia. “Esto es un trabajo muy personalizado. Yo creo que en nuestro caso el secreto es que somos muy malcriadores, y eso le gusta a nuestras clientas. Nuestro trabajo es hacer sentir a cada una que es la mejor; no un número más”, explicó, mientras Jorge asentía.

¿Y cómo imagina la peluquería dentro de cinco años?, insistió IN Salta. Y ambos sonrieron. “Estuvimos hablando de eso hace pocos días”, contó Claudia. “Hoy la realidad está complicada, y la crisis nos toca como a todos. Pero nos encantaría tener un salón enorme, de varios pisos, donde nuestras clientas encuentren no sólo peluquería, sino todo lo que necesitan para estar bellas; sin tener que ir a otro lado. Me imagino un edificio con varios pisos, uno dedicado exclusivamente a novias, otro de peluquería, otro para beauty, y hasta un estudio de televisión”, enumeró. Y aunque reconoció que se trata de un sueño ambicioso, aseguró estar trabajando para alcanzarlo.

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