Rey Lúpulo: emprendedurismo y el boom de la cerveza artesanal (la historia de Alan Condorí)

(Por Carlos Facundo Laredo) A medida que los consumidores de cerveza artesanal iban refinando el paladar tras incursionar en varios estilos que nunca antes habían sentido nombrar, las renovadas cervecerías iban ganando terreno en un mercado más que atrayente. Colapsada la oferta en las grandes ciudades, pero siendo un terreno sumamente fértil en el interior del país, en 2018 llegaría Rey Lúpulo a San Salvador de Jujuy como una de las cervecerías pioneras en el rubro, siendo “Kuntur Beer” la cerveza de la casa y las hamburguesas de autor sus insignias distintivas.

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IN Jujuy entrevistó al fundador de Rey Lúpulo, Alan Condorí, que nos cuenta cómo inició este trabajo y cuales son sus apuestas cerveceras a futuro.


IN Jujuy: Antes de venir a iniciar tu emprendimiento viviste varios años en Buenos Aires ¿A qué te dedicaste esos años allá? ¿Fuiste a estudiar?

Alan: En realidad, en ese momento sentía que no tenía ninguna herramienta valiosa para insertarme y sostenerme en el mercado laboral. Había cursado en la UNJu pero no me terminaba de encontrar, entonces fui a Buenos Aires en busca de ese tipo de cualidades que se empoderen y me den la posibilidad de poder desarrollarme de la manera que yo buscaba en algo que me apasione.

Apenas llegué hice un semestre en la UBA, metí unas cuantas materias del C.B.C. (Ciclo Básico Común que constituye el primer año de todas las carreras de la Universidad de Buenos Aires), pero sentía que ese ambiente no era mi lugar tampoco. Como también buscaba laburo mientras estudiaba, me llamó la atención que muchos anuncios laborales solicitaban gente recibida de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional), averigüé sus ofertas académicas y empecé a estudiar sistemas ahí.

IN Jujuy: ¿Por qué elegiste la programación en sistemas? ¿Fue una buena decisión?

Alan: Fueron varios motivos. Sabía que el manejo de programas es una herramienta fundamental, que era muy redituable desde el lado económico y sobre todo que eso me permitía ir laburando en lo que estudiaba sin necesidad de estar recibido. 

El ambiente era bárbaro, una competitividad súper enriquecedora con compañeros muy bien formados que tenían proyectos personales que te sorprendían muchísimo. Fue una gran decisión, eso me permitió conseguir una beca en el Hospital Alemán y años más tarde trabajar en MercadoLibre, fueron las experiencias que me demostraron a mí mismo mi capacidad y profesionalizaron muchísimo mi trabajo. Laburar en esos lugares y con profesionales de ese nivel me cambiaron la cabeza, además me permitió empezar a ahorrar para poder abrir mi emprendimiento más adelante.

IN Jujuy: ¿Qué te enseñó la experiencia de vivir a ese ritmo de vida esos años?

Alan: Estaba todo el día fuera de casa, a las corridas de un lado a otro entre el trabajo y la facultad. Eso me enseñó que uno tiene que tener la suficiente determinación de iniciar la búsqueda de lo que quiere, sin esperar a que estén todas las condiciones cómodamente dadas. Al ser además un mercado tan competitivo el de Buenos Aires también me demostró el valor de la excelencia y el empeño en lo que uno hace. Todas las decisiones que uno toma terminan repercutiendo en la vida unos años más adelante, entonces es fundamental dejar todo en lo que uno está haciendo, encontrarle el verdadero sentido y saber identificar en que nos retribuye cada actividad en la que dedicamos nuestro tiempo. 

IN Jujuy: ¿Cómo llegó el emprendedurismo a tu vida?

Alan: Fue por un curso que hice en la Universidad Austral, fue un antes y un después para mí. Ahí descubrí que  sobre todas las cosas yo era un emprendedor. Siempre fui de tener mis pequeños proyectos, desde que era chico. Inicié un montón de cosas, vendía páginas web, con unos amigos tuvimos un emprendimiento de mantenimiento de sistemas, (se tienta) hasta un enero tilcareño tuvimos con unos amigos un kiosquito de venta de cervezas, la verdad que era muy audaz incursionando en mis ideas.  Muchas veces no llegaba a nada, pero cada experiencia me fue brindando herramientas y experiencias que implemento hoy por hoy en Rey Lúpulo

IN Jujuy: ¿De dónde viene tu gusto por las hamburguesas de autor?

Alan: Me acuerdo que en esos años en Buenos Aires, una vez fuimos a cenar con unos amigos a un bar que solo vendía hamburguesas para cenar, y me llamó la atención lo bien logradas y ricas que eran. Sobre todo, porque unas semanas antes habíamos ido a un lugar que hacía el catalogado “mejor sándwich de milanesa de Buenos Aires” ¡Y era horrible! Entonces me percaté, de que los sándwiches de milanesa de allá eran malísimos (cualquier carrito tucumano les daría cátedra), pero con las hamburguesas era un mundo aparte.

Ahí empecé a seguir un pibe que escribía un blog en el que opinaba y puntuaba distintas hamburguesas que iba probando en toda CABA. Y, como me gusta meterle pasión a cada cosa que hago, me iba a todas esas hamburgueserías que él visitaba, las probaba e iba tomando mis propias notas de cada estilo de hamburguesa en una libreta, debo haber ido a más de 30 locales.  

IN Jujuy: ¿Y por las cervezas artesanales?

Alan: Todo empezó un verano que fui a laburar a la costa, a los 18 años, era el mozo de barra. Hasta llegar a laburar ahí yo no tenía idea de vinos, imagináte que la única experiencia que tenía era de tomar un vino en caja o un “fantino” con mis amigos. Me atrapó totalmente la experiencia que representaba instruirse y disfrutar una buena bebida, me entusiasmé tanto con aprender de vinos que termine siendo el sommelier del local y orientaba a los clientes que no sabían que pedir. 

Y Bueno, ahí fue que dije “qué lindo sería tener un viñedo y hacer mis vinos”, hasta que me di cuenta que tenía que ser millonario y no había chance. Entonces puse la atención en la cerveza, porque a una birra artesanal uno puede hacerla desde lo más sencillo de su hogar sabiendo unas cuantas cosas básicas, los insumos los podés adquirir fácilmente, eran varios factores que ayudaban. Y como lo hice con las hamburguesas, también empecé a hacer mi tour por las cervecerías más conocidas de Buenos Aires tomando nota y haciendo comparaciones entre las distintas cervecerías y el perfil de cada estilo de birra.

IN Jujuy: ¿Kuntur Beer nació en Buenos Aires entonces?

Alan: Así es, mientras trabajaba en MercadoLibre empecé a hacer cervezas artesanales con mi amigo Matías Sayes (en el año 2017), con el que al día de hoy seguimos juntos en este emprendimiento. Las ofrecemos en distintos lugares donde vendían growlers (envase característico en el consumo de cervezas artesanales, que suele tener capacidad para casi dos litros) hasta que uno nos dió el ok y nos pidió un barril. Desde ahí arrancamos con la venta de Kuntur, siempre lo hicimos con una perspectiva comercial. Al principio las hacíamos en Buenos Aires y enviamos pedidos a Jujuy.

IN Jujuy: Y de ahí te volviste a Jujuy con la idea de abrir Rey Lúpulo ¿No?

Alan: Sí, me vine con la idea de abrir una cervecería y hamburguesería, porque eran dos nichos de mercado que no estaban desarrollados en la provincia. Y como siempre creí en las economías colaborativas también vine con la idea fija de que no solo vendemos en el bar nuestra cerveza Kuntur, sino también las de otros productores locales para que crezca el mercado, la gente se familiarice con las birras artesanales y se vayan renovando los sabores en la pizarra. Generalmente un 60% de las canillas del Rey Lúpulo se destinan a otras cervecerías de la región.

IN Jujuy: Me imagino que haber hecho un estudio de mercado tan acertado les debe haber traído muchas ventajas

Alan: Totalmente, venir a un nicho de mercado es una ventaja enorme, pegas dos veces y tenés mucho más oxígeno. Eso nos permitió aprender muchísimo los primeros seis meses e ir implementando las correcciones sin tanta presión.

IN Jujuy: ¿Cuántas veces probás la receta de una hamburguesa hasta que llega a la carta del Rey Lúpulo?

Alan: Hasta que la ofrecemos en el local las probamos incontables veces, probando cada ingrediente y llevando planillas para ir fijando un nivel de calidad alto, con las cantidades exactas de cada ingrediente, sus tiempos de cocción y demás recaudos para cada estilo. Quizá haya unos veinte intentos de recetas hasta fijar la definitiva. Mi idea siempre fue que la pizarra de hamburguesas sea como una paleta de acuarelas, en el sentido de que cada una esté dirigida a perfiles y sabores distintos, que cumplan un rol y se amolden a los distintos gustos que pueda tener el cliente. En la carta de Rey Lúpulo encontramos varios tipos de hamburguesas carne, cerdo, veggies, de pollo y hasta una de cordero.

IN Jujuy: ¿Desde el inicio de Rey Lúpulo el valor distintivo de tu emprendimiento estaba definido?

Alan: Sí, pero apenas llegamos tuvimos un problema enorme. Por los problemas que había en Jujuy con el síndrome urémico hemolítico (afección que perjudica el sistema digestivo y afecta principalmente a niños y adultos mayores) no se permitía a los locales de comida el manejo de carnes molidas, exigiendo el uso solo de hamburguesas envasadas. Cuando quise sacar la habilitación y me di con eso fue como un balde de agua fría, la mitad de mi proyecto estaba en riesgo ¡Como sea había que teníamos que vender hamburguesas!

Fui a hablar con las autoridades sanitarias para explicarles que, en toda Argentina y el mundo, se hacía este tipo de hamburguesas y era una locura que no podamos hacerlas acá. Me puse en contacto con gente que estudiaba bromatología y todo lo relacionado con la seguridad alimentaria. Hicimos manuales de buena práctica de manufactura de hamburguesas, limpieza y saneamiento. Con todos los estudios, manuales y protocolos que elaboramos nos acercamos a mostrar la seriedad de nuestra propuesta, obviamente tuve que pagar por todo eso. Tenía hechos hasta excels que medían el tiempo de cocción que requería una hamburguesa de cada lado, según el tipo de carne y su peso, para estar perfectamente cocida. Mi idea era totalmente firme, Rey Lúpulo tenía que ser un bar-hamburguesería. 

IN Jujuy: ¿Y te habilitaron haciendo todo eso?! ¡En términos jurídicos Rey Lúpulo sentó jurisprudencia! 

Alan: ¡Si! Después de explicarles todos los recaudos a tomar para que no correr ningún tipo de riesgo en el manejo de carnes, nos dieron el ok para habilitar la hamburguesería. Eso de paso sirvió para todos los emprendedores que quieran incursionar en el rubro. Es esencial un equipo comprometido. Sin un buen laburo en grupo es imposible que puedas lograr una calidad sostenida así, es cuestión de formar a cada uno del personal y saber confiar en ellos.

IN Jujuy: El formato de pedir las cosas en caja y esperarlas en las mesas tampoco era algo visto en bares de Jujuy ¿Porque se implementa así?

Alan: Eso fue pensando exactamente así. Yo siempre quise que la gente se mueva dentro del bar, que en la fila te puedas encontrar con algún amigo o amiga, ver gente, charlar. Siempre supe que en Rey Lúpulo no iba a haber televisores pasando noticias o fútbol, quiero que la gente esté presente disfrutando del momento y de lo que ofrecemos. Quería algo interesante desde lo social.

IN Jujuy: Otro punto fuerte es el manejo de redes sociales, con más de 7.5mil followers en Instragram y 12,5mil en Facebook, tenés el bar con más seguidores de Jujuy, hacés videos en vivo con más de cien personas, ¿Cómo fue tu enfoque con el tema de las redes?

Alan: Yo siempre supe que era algo muy importante, y que lo iba a implementar, pero la verdad que no sabía cómo. Así que lo fui aprendiendo en el camino, es fundamental porque esa es la manera en que vos querés mostrar tu producto. Después le agarré el gustito y fuimos haciendo vivos y publicaciones con videos mucho más producidos, aprendimos de qué modo rinde cada post y varias cuestiones más.

IN Jujuy: ¿Cuáles serían las cosas más básicas que les recomendarías a un emprendedor en el manejo de redes?

Alan: Primero que nada, constancia, siempre hay que generar contenido y ser pacientes. Hay que mostrar lo que ofrecemos, es un laburito metódico de cada día. También hay que ser provocador, en el sentido de que la gente se prenda e interactúe con vos, medir la aceptación de eso. No es solo vender una hamburguesa Americana o una Kuntur APA, es toda una experiencia que trasciende el producto. Siempre dije, si la gente no le saca la foto a la hamburguesa es que hay algo mal, además de ser rica tiene que entrar por la estética, es algo integral.


IN Jujuy: Para cerrar ¿Qué rol tiene la vocación y la pasión aplicada al trabajo que haces?

Alan: Creo que es algo esencial, cualquier cosa hecha con pasión lleva a que naturalmente uno se distinga, a que uno venda su producto –sea de la magnitud que sea con orgullo, nos impulsa mucho más allá de lo que es el trabajo en sí mismo.

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