La firma reciente del convenio entre la Provincia y la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación para la implementación del programa provincial de cultivo y producción de cannabis significa uno de los tantos permisos que Jujuy debió gestionar para la implementación de su proyecto de cultivo de marihuana con fines medicinales.
El proyecto jujeño implica un conjunto de procesos y resultados previos: unos del campo legal, como las leyes provinciales que InfoNegocios Jujuy describió en la nota (aquí); y otros del campo de la gestión y la relación con inversores, como el caso de la alianza entre la empresa jujeña CANNAVA Sociedad del Estado y Player’s Network Inc., también analizada por nosotros en nota anterior (aquí).
El acompañamiento institucional es bastante fuerte: del proceso productivo y experimental también participarán en Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y también el Ministerio de Seguridad nacional.
Cannava S.E., por su parte, además del cultivo y producción, guiará también toda instalación y explotación de establecimientos, equipamientos y plantas industriales necesarias para los fines que se propone.
Es importante destacar que la única patología autorizada por Salud para ser tratada con derivados de cannabis es la epilepsia refractaria. Hablamos de epilepsia refractaria cuando las crisis epilépticas son tan frecuentes que limitan la habilidad del paciente para vivir plenamente acorde con sus deseos y su capacidad mental y física, o cuando el tratamiento anticonvulsivante no controla las crisis, o sus efectos secundarios son limitantes para un desarrollo normal de la persona. El aceite de cannabis por el momento es el único tratamiento que revierte esta patología y permite los pacientes vivir sus vidas con normalidad.
Ahora los responsables del proyecto por el cannabis medicinal en Jujuy tienen como prioridad obtener con celeridad los permisos para la importación de semillas y así dar inicio a la Etapa I del proyecto, consistente en un plan de cultivo piloto para verificar la adaptación genética de diferentes cepas de cannabis a los predios seleccionados de Finca El Pongo. El siguiente paso consistirá en contar con las flores y biomasa de cannabis para continuar con la fase de industrialización y poner en marcha el proceso de evaluación médica en los diferentes hospitales públicos de Jujuy y el resto del país, con aceites elaborados en la provincia para determinar el tipo de derivado de cannabis útil para el tratamiento de epilepsia refractaria, atento a que la marihuana y su uso medicinal requiere de un estricto criterio clínico. En este contexto, el Estado, principal garante de la salud pública, posibilitará la utilización de derivados medicinales de cannabis adecuados para cada patología, con las garantías propias del mercado legal y las múltiples posibilidades de conjugar los distintos componentes de la planta en sus extractos o aceites.
El objetivo de Jujuy es complementar la mirada que en materia de salud realiza el gobierno nacional y, a mediano plazo, posibilitar el uso de cannabis medicinal en otras patologías y afecciones sobre la base de los resultados científicos que arroje el programa provincial.
Y siempre queda la puerta abierta para las preguntas sobre Jujuy y su perfil productivo cuando pensamos el tema y analizamos las tendencias mundiales respecto al uso y consumo de marihuana, tanto medicinal como también recreativo: ¿qué impacto podrá tener esta producción con fines medicinales en la economía y el desarrollo del territorio?, ¿es el fin medicinal un puntapié para pensar el fin recreativo en el marco del análisis económico y los mercados mundiales?
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