A pesar de que la Convención, y su resultado, quedará escrito en los libros de historia, es una realidad que hoy los medios no pueden escribir sobre el tema si no es a través de la mirada de la prensa oficial o de allegados que tienen el honor de ser parte de este proceso único en la historia de la provincia.
La carta magna provincial data de 1986 cuando el regreso de la democracia establecía un nuevo paradigma para derechos y obligaciones para los ciudadanos de Jujuy y de todo el país. Esta Constitución merecía una modificación y en 2022 se dió el primer paso.
Hoy, luego de que los ciudadanos de Jujuy se volcaran a las urnas el pasado 7 de abril, se conformó la Convención Constituyente, junto con sus respectivas comisiones y todo lo demás ya es historia. En pleno debate de lo que son y serán nuestras obligaciones y derechos, el periodismo jujeño no fue convocado como veedor, sin importar el medio, la línea editorial o la cercanía política; ningún periodista de la provincia recibió por parte de las autoridades de esta Convención una invitación a formar parte de los debates, mucho menos, hasta el momento, de formar parte del espacio de participación activa dentro de las comisiones, y ni hablar de la imposibilidad de ver en vivo lo que está sucediendo, cuando una veintena de convencionales deciden los destinos de la Constitución provincia.
Sin ánimos de abrir un debate sobre él quién, cómo, dónde, cuándo, qué y por qué se discuten algunos puntos cruciales para la organización social de la provincia, me pregunto:
¿Y si nos dejan estar presentes?, ¿qué podría suceder?
Actualmente, la cobertura periodística del congreso está a cargo de la prensa oficial del ejecutivo provincial en conjunto con los equipos de la Legislatura jujeña. A ellos se suman asesores de comunicación de los diferentes bloques y partidos que en las últimas elecciones lograron el porcentaje necesario para tener representación en la “Casa de Piedra”.
Entonces ¿no sería correcto convocar a los periodistas a ser veedores de este importante momento para los jujeños y jujeñas y las generaciones futuras? Históricamente quienes ejercemos el “Mejor oficio del Mundo”, según Gabriel García Márquez, cumplen un rol fundamental ante estos eventos, teniendo en sus manos la posibilidad de ser quienes con honestidad, justicia y profesionalismo le transmiten a la ciudadanía una porción de la realidad. Sin ir más lejos, los y las periodistas tuvieron un rol indiscutido durante el juicio a las juntas, al regreso de la democracia, rol que les fue otorgado por quien conducía el país en tiempos de cambio, Raúl Alfonsín.
También surge la pregunta de qué pasaría si la reforma de la Constitución fuese en Córdoba, Mendoza o en la provincia de Buenos Aires. Me animo a decir que la no inclusión de los medios de comunicación, como parte fundamental de un proceso trascendental para la ciudadanía, sería un escándalo.
No nos olvidemos que los medios, y sobre todo el rol de los periodistas, conforman un eje transversal a cualquier gobierno democrático, sin importar su signo político. La prensa, como agente de control de los poderes del estado, como voz de la ciudadanía y de los intereses más pequeños de los ciudadanos en cada rincón de la provincia, debería estar presente.
Pudiendo llevar a cada hogar jujeño una mirada más cercana y menos tecnicista, poniendo en agenda los temas que se están debatiendo y pudiendo así, generar espacios reales de comunicación, tanto en instituciones públicas, privadas, en las escuelas y en las mesas de las cocinas de los más de 800 mil jujeños a los que hoy solo se les brinda información oficial. Con párrafos cargados de nombres propios que lo único que confirman es la importancia del cargo sobre las capacidades, que parecen ser las únicas razones por las que muchas cuentas con estos lugares de privilegio.
Los 48 congresistas, ya entraron en la historia y detrás de cada uno de ellos hay una historia por contar, que formará parte de los resultados de una nueva constitución que mediará la vida de cada jujeño y jujeña desde Cusi Cusi hasta Yuto, y no la estamos pudiendo contar.