Internet seguro para los chicos: si pasan tantas cosas en internet, ¿no deberían estar más presentes los padres?

(Por Romina Tarifa, licenciada en Psicopedagogía; coordinadora del Instituto de Protección y Ciudadanía Digital - Defensoría del Pueblo de Jujuy) Ayer se conmemoró el día Internacional de una Internet Segura que promueve la construcción de una cultura digital más segura, donde conviven y crecen los niños, niñas y adolescentes.

Los chicos viven conectados en varias pantallas digitales al mismo tiempo, nacen insertos en un universo de pantallas; sin embargo, no son un grupo homogéneo. 


No podemos caer en el error de clasificarlos como un grupo que vive las mismas realidades; al contrario, son un grupo heterogéneo según las posibilidades de accesos a internet y los aprendizajes que tuvieron y tienen cada uno de ellos.

Los chicos son sujetos de derechos que también en la cultura digital necesitan garantizar sus propios derechos. Tienen derecho a la protección digital, es decir, a la protección contra la explotación, los abusos y la violencia que ahí se desarrolla; demandan que sus padres u otros adultos responsables se ocupen de educarlos en usos positivos y saludables de internet.

Por su parte, tienen derecho a ejercer su ciudadanía digital, es decir, al acceso a la tecnología, a la información, a utilizar lo digital a su favor, al derecho a la diversión y al juego digital, y al derecho a la libre expresión que les permita participar sobre los temas que les interesen. 

Necesitan herramientas que les permitan convivir en internet de forma responsable, productiva, innovadora, recreativa y saludable para poder beneficiarse de su potencialidad y mejorar su calidad de vida. Conocemos chicos que pueden acceder a sus derechos en la era de internet y muchos otros que no tienen esa posibilidad.

¿Qué hijo estás criando?

Es importante reconocer que internet tiene una cara riesgosa que perjudica a los chicos y otra productiva que los beneficia en su crecimiento. Reconocer ambas caras permitirá a los padres acompañar a los chicos por un lado para protegerlos y por otro lado para orientarlos hacia buenos usos. 

Los adultos que crían chicos que se relacionan con las pantallas digitales identifican algunos peligros a los que sus hijos podrían quedar expuestos y tienen razones para tenerlos. Entre los miedos principales reconocen el miedo a los contactos inapropiados con los que se vayan a comunicar en las redes sociales como los acosadores sexuales. 

Otro miedo es a los contenidos inapropiados que pueden consumir y motivarlos a imitar acciones violentas o pornográficas, y finalmente el miedo a las conductas inapropiados como ser odiadores de la red, acosadores y discriminadores porque comprenden que sus propios hijos pueden ser víctimas y al mismo tiempo victimarios con sus compañeros.

Los padres frente a estos principales miedos que identifican en la convivencia de los chicos con las pantallas tienen que decidir cómo actuar, es por ello que a partir de sus creencias actúan al respecto.

Según la crianza que desarrollan los padres los chicos pueden ser hijos herederos, huérfanos o bien exiliados. Los hijos herederos son los que crecen con la orientación adecuada y necesaria de sus padres y aprenden a relacionarse de forma segura y productiva con internet. 

Por su parte, el grupo de hijos huérfanos digitales es mayoritario y son los que crecen con una falsa confianza por sus habilidades en el manejo digital, este conocimiento instrumental de lo digital los hace sentir confiados cuando usan internet, sin embargo, navegan solos y sin la orientación de los adultos que les permita dimensionar los peligros a los que están expuestos. 

Y finalmente, los hijos exiliados que son apartados de las pantallas favoreciendo su analfabetismo digital, se dificulta su convivencia digital en lo social, educativo, cultural y laboral tanto en su presente como en su futuro.

El rol de los padres es fundamental para que los chicos naveguen protegidos y realicen usos productivos en la era digital, necesitan de la mediación parental, la cual consiste en que los padres asuman un rol presente en la cultura digital, la crianza en su responsabilidad.

Tienen que llevar a cabo 3 acciones principales: 

  • Es necesario que conozcan que consumen los chicos en la red, qué les gusta y por qué. ¿Saben que youtubers/instagramers siguen sus hijos y porque les gustan tanto?. 
  • El acompañamiento que consiste en compartir con los chicos algunas actividades, compartir la vida digital los acerca a la realidad que viven ¿Compartieron un video con sus hijos? o ¿jugaron un videojuego en familia?. 
  • Y finalmente, deben orientarlos en habilidades digitales como el desarrollo del pensamiento crítico que les permita identificar peligros.

Los chicos necesitan confiar en sus padres para que cuando se sientan en peligro puedan recurrir a ellos en busca de protección; necesitan buenos ejemplos de su parte y sobre todo orientación y presencia en ese mundo digital en el cual conviven y crecen todos los días.

Para que los chicos no naveguen como huérfanos digitales expuestos a los peligros y logren aprovechar el potencial de internet para su crecimiento, el deber de los padres es conocer la vida digital de sus hijos porque allí también conviven y crecen, acompañarlos y orientarlos.

Sin embargo, no podemos responsabilizar únicamente a los padres de garantizar una internet segura donde los chicos puedan navegar y aprovechar su potencial. También resulta necesario reconocer otros actores/instituciones estratégicos que tienen su responsabilidad: empresas de tecnología que crean las redes sociales; los medios de comunicación que comunican sobre la cultura digital; la sociedad civil que también educa; la justicia; y el Estado en su rol de regulador y garante de derechos de los niños, niñas y adolescentes. 


Se necesita de un trabajo articulado y colaborativo entre estos actores e instituciones para garantizar internet seguro para que los chicos crezcan, aprendan y construyan parte de su identidad adolescente de manera protegida. 

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