El inversionista de impacto es una organización o una persona que quiere participar del impacto que usted logra y, a cambio del impacto, espera participar también en los réditos financieros.
No es un filántropo-donante, ni un cooperante nacional o extranjero, no es el gobierno, ni un prestamista; este personaje contribuye con sus recursos para que su emprendimiento pueda producir y ofrecer un producto o servicio que beneficie a la comunidad, corre sus mismos riesgos y se involucra para obtener retornos financieros a cambio de su colaboración.
Mi objetivo al definir primero lo que es un inversionista es centrarme en 2 preguntas que serán el tema central de esta reflexión. La primera es ¿necesito una inversión para generar más impacto? Y tal vez, la pregunta más importante ¿Estoy preparado para este tipo de inversión? Examinemos entonces las potenciales respuestas.
¿Necesito una inversión para generar más impacto?
Muchos de los emprendedores que conozco en Latinoamérica responden casi automáticamente que sí necesitan recursos financieros frescos, ya sea porque están comenzando su emprendimiento, o porque están creciendo, o porque están en problemas, o porque sí… el dinero siempre es algo que se necesita y es tan anhelado como bienvenido.
Sin embargo, muchos emprendedores no tienen la formación gerencial que permite conocer a detalle esta respuesta. Por ello yo siempre pregunto: Y, ¿Cuánto dinero necesita? Es allí donde la certeza se desvanece...y, después del respectivo titubeo, sueltan una cifra como con pesar de no saber si pidieron mucho o poco.
Pocos emprendedores me dicen cuánto necesitan, para qué lo necesitan, cuándo lo usarán, cuándo lo pueden devolver y bajo qué condiciones están dispuestos a compartir los réditos. Si usted está en esta etapa, le aconsejaría:
1. Pida ayuda para medir su impacto y hacer un análisis de su mercado, sus clientes, sus operaciones y sus finanzas. Muchos consideran que la inversión de impacto está centrada en el área financiera, pero no olvide que el inversionista se interesa en usted, la operación de negocio y el impacto que ya genera. Las finanzas son solo el resultado de sus decisiones en lo que hace o deja de hacer.
2. Arregle, restructure y ordene. Si después de la radiografía de su negocio descubre áreas de mejora, adelante. Muchas veces no se requiere más recursos financieros, sino decisión, talento y disciplina.
3. Ahora piense en el futuro. A dónde quiere llegar, cómo quiere hacerlo, qué necesita para implementarlo, cuánta inversión requiere y cuándo la inversión dará frutos en término de impacto y de ganancias; necesita elaborar lo que los inversionistas llamamos “un plan de negocios”.
¿Estoy preparado para este tipo de inversión?
Aunque esta pregunta es muy similar a la anterior, lo que busca saber es si usted como empresario/empresaria quiere tener un “socio” y si la respuesta es sí, qué tipo de socio quiere.
Un inversionista busca aportar dinero en calidad de capital –equity- y puede o no participar en la toma de decisiones o en la operación, por ello busca permanecer en el negocio por periodos no menores a cinco años. Claro está que los inversionistas existentes en la región latinoamericana también tienen categorías, calidades, intereses y estructuras diferentes. Si usted está convenido que sí necesita una inversión y sí quiere buscar un inversionista de impacto, le recomiendo:
- Busque un inversionista que le complemente. El “perfect match” o “best fit” no siempre es posible. Pero debe buscarlo de forma deliberada. Busque listados de inversionistas, pregunte a otros empresarios, conozca; no “trague sin masticar”. Esta búsqueda es como conseguir una pareja de vida, uno siempre busca lo mejor sabiendo que uno mismo NO es lo mejor.
- Levante la importancia de su impacto para la negociación. Los inversionistas “ángeles” o inversores de impacto buscan primero el impacto que usted genera, porque ellos no lo pueden generar o no están dispuestos a ocuparse. Su impacto es un activo valiosísimo para el inversionista, por lo que debe ser su principal arma de negociación.
- Pruebe con instrumentos de corto plazo. Si todavía no está convencido de una inversión en capital o de largo plazo, busque operaciones que le permitan aprender a tener este tipo de relaciones, tales como: deuda convertible, préstamo mezzanine, socios con características y calidades diferentes a la de los fundadores, etc. ¡Recuerde que es poco probable llegar al matrimonio sin llevar un tiempo de noviazgo! Sea prudente.
Mi experiencia de los últimos cuatro años como inversionista ángel me ha enseñado que entre más conozco al empresario y más transparente es su forma de manejar un negocio, más aumenta mi confianza y por lo tanto la posibilidad de aumentar el impacto que busco. Así mismo, entre más genuinas y claras son mis expectativas, más confianza produzco en el emprendedor y entonces comienza a verme como un apoyo que le aporta valor. Creo que estos deberían ser los objetivos para tener una inversión de impacto exitosa.
Fuente: Instituto Minka
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