Con menos de 17 m2, la primera casa que Rose quiere desarrollar es la ámpliamente vidriada A45 del arquitecto Bjarke Ingels, con un diseño escandinavo que permitirá un techo a 4 metros de altura, la cual contaría con espacio suficiente para el 55% de las familias argentinas que están compuestas por una o dos personas.
Ideales también para plantear como casas de fin de semana, estas propiedades fuera de lo común a nivel regional permiten vivir muy cerca de la naturaleza y a pesar de su reducido espacio, se proponen como alternativas confortables a la vivienda estándar.
Otra característica que las hace valorables es su inclinación verde; la A45, por ejemplo, obtiene energía únicamente por paneles solares y está construida con materiales 100% reciclables. Además ofrece la posibilidad de customizar pisos u otros materiales.
El transporte es cada día más rápido y barato en todo el mundo, por lo que vivir en las afueras de las urbes es más simple, sumado a la necesidad de las nuevas generaciones de alejarse de lo convencional. Es por esto que surgen muchas otras tipologías de casas como Koda de Kodasema o Slim Fit de Ana Rocha (otra danesa que hace 3 pisos en 50 m2).
“La autenticidad es de alguna manera el nuevo lujo”, concluye Ingels.