Los países parte se comprometieron a hacerlo, relevando el rol que estas tienen en la recuperación pospandemia, y propugnaron un papel más activo y sistémico de la innovación y el conocimiento en las políticas.
“Si bien en varios países de la región se ha avanzado en la constitución de una institucionalidad más robusta sobre ciencia, tecnología e innovación, con la creación de ministerios específicos o el fortalecimiento de las instituciones especializadas en la materia, aún no se observa que la ciencia, la tecnología y la innovación tengan un papel más activo en las políticas de desarrollo económico, productivo y social, lo que se relaciona con los magros niveles de cambio técnico y los bajos niveles de productividad”, indicó la Declaración rubricada.
También, se aprobó el programa bienal de actividades de cooperación en ciencia, innovación y tecnologías de la información y las comunicaciones 2022-2023, que considera como objetivos principales fortalecer la institucionalidad pública para apoyar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación; mejorar la vinculación de las políticas de ciencia, tecnología e innovación con los desafíos estratégicos de la región; e impulsar la cooperación regional e internacional para trazar nuevos sendas de desarrollo con base en el conocimiento. Para el logro de dichos objetivos, se acordó la realización de una serie de actividades, entre ellas, reuniones de nivel político y técnico, estudios sustantivos y actividades de asistencia técnica, con foco en el intercambio de información, experiencias y buenas prácticas.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, enfatizó que la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) han sido esenciales para el manejo de la crisis sanitaria, pero también son indispensables para una recuperación transformadora con mayor igualdad y sostenibilidad ambiental en América Latina y el Caribe. En este marco, también resaltó la importancia de la integración y la cooperación regional para cerrar las crecientes asimetrías entre el mundo desarrollado y los países en vías de desarrollo en acceso a vacunas, concentración de la riqueza y el ingreso, economía digital y responsabilidades climáticas, las que amenazan con agudizarse.
Al cerrar la Reunión, con la que la Conferencia cerró 2021, tuvo lugar una mesa redonda con la participación de Diego Hurtado, secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina; Paola Vega Castillo, ministra de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones de Costa Rica; Marc Litvine, de la Dirección General de Asociaciones Internacionales (INTPA) de la Comisión Europea; Armstrong Alexis, secretario general adjunto de la Comunidad del Caribe (CARICOM); y Efraín Guadarrama, director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en el ejercicio de la Presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Durante el panel se abordaron algunas de las debilidades de los países en temas de CTI, y se destacó la necesidad de robustecer las capacidades nacionales, de avanzar en el intercambio de buenas prácticas y de generar y fortalecer espacios concretos de colaboración y cooperación regional e internacional, entre ellos, la transformación digital, la transición energética y la autosuficiencia sanitaria, incluida la producción de vacunas, y la bioeconomía, por nombras algunos.
En el marco de la Conferencia, la CEPAL presentó el documento de posición Innovación para el desarrollo: la clave para una recuperación transformadora en América Latina y el Caribe, que busca contribuir al debate y a la acción en América Latina y el Caribe para avanzar hacia la autonomía sanitaria, la inclusión digital y el desarrollo de soluciones para un consumo y producción más sostenibles.
De acuerdo con el informe, la región realiza esfuerzos insuficientes en materia de inversión en investigación y desarrollo (I+D), lo que contrasta con la dinámica observada en países más avanzados y en otras regiones y economías emergentes.
Mientras que Estados Unidos, la Unión Europea, los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y China tienen un nivel de gasto en I+D relativo al producto interno bruto (PIB) superior al 2%, en América Latina y el Caribe el gasto en I+D relativo al PIB es unas cuatro veces inferior, el que incluso se ha reducido en los últimos años, pasando de un 0,65% del PIB en 2013 al 0,56% en 2019, advierte el documento.
Según el estudio de la CEPAL, la industria manufacturera de la salud, las tecnologías digitales y la eficiencia ambiental representan una oportunidad para promover un cambio estructural basado en la creación de conocimiento en América Latina y el Caribe.
En los distintos paneles de la Conferencia se debatió sobre la relevancia de las instituciones y las políticas públicas para impulsar la ciencia, tecnología e innovación; la diáspora y circulación de talentos en América Latina y el Caribe; el desarrollo de repositorios de genomas en la región; la perspectiva de género en los sistemas de ciencia, tecnología e innovación; el rol de la ciencia y la tecnología para la soberanía sanitaria; el papel de las tecnologías digitales y los nuevos modelos de negocio y capacidades productivas en las pymes; la contribución de las tecnologías aeroespaciales y satelitales al desarrollo sostenible; el desarrollo tecnológico y agregación de valor en la cadena del litio; y la ecoinnovación, transición energética y producción sostenible, entre otros.
Para adentrarte más en análisis, datos y opiniones que compartió este evento, podés acceder a la Declaración de Buenos Aires de la Conferencia de la Ciencia de la CEPAL, como, también, descargar la presentación del documento de posición Innovación para el desarrollo: la clave para una recuperación transformadora en América Latina y el Caribe.