A pesar de que Jujuy atravesó una fase de gran apertura en medio de la pandemia, en donde toda la actividad económica reabrió bajo estrictos protocolos de seguridad sanitaria (hasta se implementó “Jujuy Para los Jujeños” un programa de turismo interno exitoso) la actividad gastronómica continúa siendo una de las más castigadas por estos más de 100 días de confinamiento.
La situación mejoró -en parte- a fines del mes pasado cuando la provincia flexibilizó un importante número de actividades, pero volvió a complicarse. Esto generó el regreso a la fase 1 dispuesta hace una semana en todo el territorio provincial tras el crecimiento exponencial de casos de COVID-19.
Desde UTHGRA advierten que la merma en los ingresos va a tornar “muy complejo el pago de salarios para los propietarios o empresarios, que en muchos casos no pueden cumplir con los gastos fijos”.
En relación al pago de alquileres, impuestos y demás obligaciones, sostienen: “con ese nuevo cuadro sanitario que tiene la provincia, no hay perspectivas alentadoras”.
Diferentes emprendimientos gastronómicos optaron por modificar sus cartas, para iniciarse en el mercado del delivery (ver aquí).
En muchos casos tuvieron éxito en la primera etapa de cuarentena, pero esta segunda etapa en todo el territorio provincial encuentra a los consumidores jujeños en otro escenario financiero ya que la crisis económica nacional afecta a todas las regiones.