La multiplicación de casos de COVID 19 en áreas productivas jujeñas puso en jaque el trabajo rural, su organización empresarial, y sobretodo el control y fiscalización de seguridad sanitaria que puede llevar adelante el ejecutivo provincial. En esta oportunidad una buena noticia resuena en las cuentas de grandes, medianos y pequeños productores de tabaco.
“Esta partida representa los $9.77 por kilo de tabaco”, precisó Pedro Pascuttini, presidente de la Cámara de Tabaco de Jujuy (CTJ), sobre la transferencia correspondiente al mes de agosto. También agregó que el sector trabaja en un contexto “complejo por una cuestión de costos para la producción tabacalera y en el marco de una emergencia sanitaria”.
El productor señaló que -desde marzo- la CTJ “salió fuertemente a aconsejar a los productores el cuidado extremo y el acatamiento a todas las normativas delineadas por los profesionales de la salud para llevar adelante las tareas en el sector”.
En ese sentido, refirió que se conformó un Comité Operativo de Emergencias Tabacaleros, donde están representados los productores con sindicatos, obras sociales, ART y autoridades del gobierno jujeño.
Por otra parte, Pascuttini detalló que se proyecta “una plantación de 12.500 hectáreas de tabaco, de las cuales un 75% ya está trasplantada, con el objetivo de seguir produciendo”.
En relación al aumento de la producción manifestó su “incertidumbre porque tenemos el factor climático y cómo será en ese marco el comportamiento de planta”, explicó. A esto también sumó la “cuestión sanitaria con una mano de obra escasa”.