Periodismo vs pandemia: crónica de una periodista jujeña

Datos inciertos, consultas con profesionales médicos. Primera ola. Confinamiento por 14 días que se convirtieron en meses largos y oscuros. Números de camas UTI, número de infectados, recuperados, y más de 79 mil fallecidos. Aperturas y cierres. Y miedo a lo desconocido, la posibilidad certera de la muerte. En pocas palabras, así fueron los primeros 15 meses de pandemia para el periodismo. Números y más números y mucha incertidumbre informativa. 

Cuántas veces nos han preguntado: ¿Vos que sos periodista, sabes quiénes son esenciales?; ¿Sabés si es real el colapso hospitalario? ¿Qué permiso necesito para salir de vacaciones? En un verano “open door”, con centenares de argentinos viajando a playas del caribe y la costa argentina abarrotada de fiestas clandestinas. 


Luego llegó el debate por la presencialidad de las escuelas. En el 2020 ningún niño y joven argentino fue a la escuela, toda la educación fue virtual y el acceso a la misma no fue igualitario. El 2021 no podía ser igual. Y la pregunta fue ¿Sabes si van todos los días? 

También nos tocó visibilizar a emprendedores y empresas al borde de la quiebra. Aproximadamente de 1 millón de ellos finalmente cerraron sus puertas, en su mayoría pymes.

La vacuna, ¿Será mejor la rusa, la china, la ArgenMex? Y las consultas fueron por el calendario, prioridades, y hasta síntomas adversos. ¡Nos salvamos de la segunda ola y nos convertimos en especialistas en vacunación!     


Bueno, no. La segunda ola llegó, con Manaos bajo el brazo y directo al AMBA, tremendo concepto geográfico unitario en un país con 2.78 millones de kilómetros cuadrados. Ese país enorme, rico y diverso, que ansioso espera de los anuncios para el AMBA. De los que siempre desconocemos la letra chica hasta la publicación oficial del decreto presidencial. 

El “Semáforo epidemiológico” verde amarillo y rojo como una canción infantil, respiramos aliviados cuando el Ministerio de Salud de la Nación ubica a nuestra ciudad o provincia en verde o amarillo.

Y continúa la crónica periodística que parece no tener fin.  

Los trabajadores de los medios en estos meses recibimos las consultas incesantes de amigos, familiares y vecinos a la espera de más información: casos activos, restricciones, medidas especiales de los mandatarios provinciales y muchas veces hasta consultas sobre que pasa en Casa Rosada. La respuesta de todos: “No tengo información. No sé más que vos.”

Covid-19 llegó a cambiar la forma de vivir de todos. Pero el periodismo, incansable, dedicó toda su energía para llevar a cada casa en Argentina información, de un virus que aún desconocen hasta los más eruditos infectólogos del país y el mundo.

Y nacieron las grietas periodísticas: los anti cuarentena, los pro cuarentena. Vacunas sí vacunas no. Aperturas o cierres. En fin, la argentinidad #ModoPandemia. 

Fueron 15 meses en donde salir a hacer una nota fue un desafío y lo sigue siendo. Una producción periodística requiere hoy, no solo la planificación y pre producción sino protocolos sanitarios. La consulta previa, una y mil veces, “usted fue contacto estrecho", “por favor use de forma correcta su barbijo”. Centenares de entrevistas telefónicas, zoom + meet y todas las plataformas digitales que nos permitieran continuar informando hasta ser nosotros Covid+.

Pasamos por todos los estados, aplaudimos médicos, y algunos los expulsaron de edificios por ser “propagadores del virus". Denunciamos a nuestros vecinos y amigos que hacían encuentros clandestinos, y a veces fuimos parte de ellos. Nos aislamos, nos volvimos menos humanos. Le encontramos la vuelta a las restricciones nocturnas “te vas a las 2 o te quedas hasta las 6 a.m.” Descreídos de los números oficiales,  lloramos ante un amigo, o familiar que sufrió esta enfermedad.

El virus mata y #QuedateEnCasa continúa siendo la forma más efectiva y la única consigna viable, para “bajar la curva" otra frase que se instaló en nuestro vocabulario cotidiano.

Las y los periodistas de todo el país, nos convertimos en fuente de información COVID-19, expuestos en muchos casos a contraer el virus o “bicho”, bautizado bajo la Argentinidad única que nos caracteriza como nación.  Ejercer la profesión sigue siendo complejo y hasta una tarea imposible de planificar y organizar. Y muchas veces agotados de lo redundante de estar escribiendo, o expresando frente a una cámara hace 15 meses sobre este tema, no podemos hacer más que cumplir nuestra función de comunicar, con seriedad, la mayor rigurosidad posible -que permita la línea editorial del medio en el que trabajamos- Y sobre todo, conscientes de que una pandemia es un hecho histórico digno de narrar con las mejores herramientas y con humanidad. 


Ninguno de los que hacemos periodismo sabemos más que cualquier otro argentino sobre  COVID- 19 tan solo les contamos que pasa hoy a riesgo de mañana tener que estar #EnCasa. 

Vaca Muerta frena su ritmo de fractura con una caída de casi 24% en junio

Durante el mes de junio, la formación Vaca Muerta registró 1.968 etapas de fractura, frente a las 2.588 contabilizadas en mayo, lo que implica una contracción del 23,9 % en su principal indicador operativo. Este retroceso marca un cambio de tendencia tras el máximo histórico alcanzado el mes anterior, y abre interrogantes sobre el ritmo de expansión de la industria no convencional en Neuquén.