La actividad agrícola es una de las más importantes a nivel social, comercial y económico en la provincia, debido a la gran demanda de mano de obra que implica, y la tabacalera es de las que encabeza esa actividad. En este sentido, el Gobierno de Jujuy, a través del Ministerio de Producción y Desarrollo, asiste al sector para garantizar la producción y el cuidado del tabaco con el Programa Operativo Anual (POA); y suma apoyo del Consejo de la Microempresa.
El POA de Fertilizantes e Insumos (activo por tercer año consecutivo) entregó a tabacaleros un adelanto del 20%, en insumos para ser distribuidas entre los afectados por amarillamiento y más de 2.000 toneladas de fertilizantes.
El Consejo de la Microempresa dispuso de una línea especial para el sector, facilitando un financiamiento de cosecha a pequeños productores, para capital de trabajo, con una tasa anual del 12,5 % y un monto máximo hasta 150 mil pesos, y hasta 200 mil en casos extraordinarios que necesiten un monto mayor. El crédito cuenta con una simplificación administrativa y flexibilización de acceso del mismo.
Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, ratificó el compromiso constante hacia el sector para que puedan iniciar sus trabajos y no pierdan cosechas. Además, puso en valor programa de asistencia técnica a pequeños productores, y el de registro de productores y fiscalización de acopios.
“Es un momento difícil para el país, pero una época muy importante para la producción tabacalera” – explicó – “se han tomado las medidas necesarias para apoyarlos, si trabajamos juntos, la producción tabacalera no se puede caer”.
En Jujuy, la producción de tabaco se focaliza en la variedad Virginia. La zona productora por excelencia está situada entre los departamentos de El Carmen, San Antonio, Palpalá, San Salvador de Jujuy y San Pedro, allí se cultivan alrededor de 18.000 hectáreas por año de tabaco.
El cultivo se realiza en pos al cuidado del medio ambiente, por ello en el marco de planes de forestación, se aplica la eliminación del bromuro de metilo y el uso de productos fitosanitarios no agresivos en los suelos. Asimismo, la adopción de buenas prácticas agrícolas, el seguimiento y control de la producción primaria.
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