“Aquí tomamos el control, sin pronunciarnos todavía cómo será el esquema de desarrollo”, expresó al narrar la decisión –sobre la que se avanzó entre 2015 y 2018, con otro presidente- el actual secretario de Minería de ese país. Con eso, México se asegura cierta “rectoría”.
El Estado mexicano se reservó cuatro yacimientos de litio, pero apenas están en fase de exploración por el Servicio Geológico Mexicano (SGM), aseveró Francisco Quiroga, subsecretario de Minería de la Secretaría de Economía.
En el Mining Forum 2020, el evento minero de envergadura en Ciudad de México, el funcionario expresó a La Jornada que las reservas “tienen potencial de explotación y desarrollo”. “El litio es estratégico para la electromovilidad y lo que quiere el gobierno es tener rectoría sobre el desarrollo de la minería en general y sobre algunos minerales en específico, como el litio”, puntualizó.
Las reservas, que fueron pedidas en la gestión de anterior presidente Enrique Peña Nieto, se ubican: dos de ellos en Sonora, uno más en Jalisco y el cuarto en Puebla. Y parece que el gobierno de Manuel López Obrador irá en el mismo sentido.
Quiroga también informó que ya se reunió con cinco inversionistas extranjeros interesados en explotar el recurso, que para los grupos económicos con ganas de invertir a los que el Estado mexicano se adelantó es de “alto interés”. Los inversores, detalló el secretario de Minería mexicano, son de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Japón y Reino Unido.
En el Gobierno mexicano aseguran que la extracción del material se ofrece junto con la manufactura, como la elaboración de baterías o el ensamble de autos eléctricos.
Las estimaciones son que 2021, Sonora Lithium, consorcio formado por la británica Bacarona Lithium y la china Ganfeng, empiecen a producir, ya que el proyecto aún está en fase de desarrollo. Otros proyectos de litio se encuentran en etapa de exploración en los estados de Baja California, San Luis Potosí y Zacatecas.
En México es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la que avala las reglas en el uso de los recursos del Fondo Minero, por lo que ese aval es lo que primero se requiere. Otro funcionario, Víctor Toledo, secretario de Medio Ambiente de México, por su parte, describió al litio con la conocida metáfora de que es “el nuevo petróleo”.
El ránking de Mining Technology, de fines de 2019, ubicó a México fue el país con el yacimiento de litio más grande del mundo, aduciendo que la mina ubicada en Sonora es el mayor depósito del elemento con reservas probadas de 243.8 millones de toneladas, superando a Humboldt County, en Nevada (de 179.4 toneladas anuales) y a Port Hedland, Australia (151.94 toneladas).
Y así el mundo sigue mirando a Latinoamérica. No deja de tener sus ojos puestos también en “el Triángulo del Cono Sur del Litio”: el que conforman Argentina, Bolivia y Chile, que concentran el 80% de las reservas mundiales.
Además del trabajo –poco, en relación a la población y desempleo provincial, además de en relación a que es un recurso no renovable-, todavía Jujuy espera que el litio salga con valor agregado, y la anunciada fábrica de partes de batería que comenzaba a construirse en mayo de 2019 (https://injujuy.info/nota-principal/jujuy-litio-comenzo-a-construir-la-primera-fabrica-de-baterias-de-sudamerica-que-tendra-planta-espejo-en-napoles) aún no muestra ni planta ni mucho menos producción.
¿El valor agregado será posible sólo si hay inversiones de afuera?
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