La cooperativa es familiar y está integrada por seis personas. Entre todos colaboran, fortalecen y ver a Sueños de Seda, emprendimiento que se originó para trabajar el refinado elemento. En la charla con nuestro medio, Delia Torres comenzó destacando: “como ocurre a muchos emprendedores, productores y cooperativistas, se está dando un contexto difícil, con lo cual es importante mantener la unidad. En nuestro caso, algunos vivimos de esto y otros ya tienen otro trabajo principal, por lo que también la prioridad puede resultar un poco diferente, pero intentamos ir todos para un sentido”.
Hace dieciocho años que en la localidad jujeña se practica la técnica para producir el hilo de seda. Delia fue co-pionera y contó que “en el año 2000 la familia Arce me enseñó a hacerlo, ellos fueron los precursores; y tras casi diez años de aprendizaje, interiorizarme en el método, de pruebas y errores, en 2007 empezó la producción, para luego evolucionar en 2013 a la conformación de la cooperativa, familiar, y emprender a comercializar”. “Hoy, considero acertado extender esos conocimientos”, valoró.
En cuanto al proceso, la carmense explicó que el capullo es la principal fuente de materia prima: “el periodo de transformación del insecto dura alrededor de dos meses; comienza en primavera, en donde la hoja de mora de donde se alimentan los gusanos mantiene sus propiedades. La mejor época es en noviembre y se extiende hasta febrero”. Delia continuó: “los insectos se dedican en el primer mes a alimentarse; en el segundo, automáticamente dejan de hacerlo para dedicarse a la conformación del capullo, lo que demora una semana aproximadamente, y tras una semana más se forma la mariposa”.
“De un capullo – compartió Delia – se obtiene entre 800 y 1.000 metros de hilo continuo o devanable, que se diferencia por su calidad del hilo discontinuo, que presenta una estructura más rústica. Y con ambas técnicas, se logra aprovechar el capullo en su totalidad”. “Para obtener el hilo continuo, se debe cortar el ciclo del insecto en el punto en donde está por salir, que es cuando el capullo está entero todavía”, detalló.
La seda de capullos es un producto que contiene tiene 30% de sedicina y 70% de fibrina en bruto. Luego de un proceso de extracción el primero se elimina, lo que genera la distintiva textura totalmente fina. “Parte del procedimiento es similar al de la lana de llama: el hilado, por ejemplo, cuando ya está el vellón, debe pasar por un proceso en donde se le quita la sedicina, grasa que lo envuelve, para que la fibra quede tersa. Todo esto es un trabajo íntegramente manual, artesanal, desde la fabricación de las herramientas de trabajo, la cría de gusanos, el procesamiento de la materia prima y la obtención de producto”, resaltó.
Con hilo 100% de seda, Delia –también especialista en tejido con telar-, confecciona blusas, chales y chalinas finas. Y nos adelantó que se vienen nuevos proyectos, como la confección de bijouteri, también con capullos de mariposa, y con diseños exclusivos. “Una diseñadora de Buenos Aires me enseñó a hacerlos e hice una adaptación acorde a mi estilo, y a las técnicas que ya sabía”.
La jujeña, a quien se la ve disfrutar del trabajo de saberes que le llegaron de otros y que también buscó, demuestra orgullo por Sueños de Seda; entiende que comenzó como una aspiración individual -y de alguna manera, está entre lo principal que la moviliza-, aunque con lo recorrida ha logrado sumar a la familia, extendiendo extender los saberes hacia otras generaciones. Y porque también viene de la generación que la precede: Delia destacando siempre el apoyo de su madre, quien la impulsó y ayudó a acentuar sus conocimientos, y a animarse a explorar nuevos terrenos en lo textil.
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