Frente a una creciente demanda de alimentos sanos y seguros y como fruto de sistemas agropecuarios sustentables el INTA impulsó el acompañamiento de experiencias agroecológicas, consolidadas en un mapa dinámico, que permite conocerlas a fondo, ahondar en procesos de transición, difundir la comercialización de productos y vincularlos con la comunidad
Así, categorizados en parcelas demostrativas, módulos educativos y experiencias privadas, se sistematizaron geográficamente 80 sitios agroecológicos en todo el país. En este sentido, Rodrigo Tizón, coordinador de la Red de Agroecología del INTA (REDAE), explicó que “la agroecología es un enfoque del desarrollo rural sustentable que viene escalando en todo el mundo, incluso, en la Argentina”. Por este motivo, desde REDAE INTA se planteó la necesidad de visibilizar las experiencias que realizan prácticas agroecológicas lo que permite identificarlas, ponerlas en contacto con la comunidad para difundir sus prácticas y la comercialización de sus productos.
Tizón destacó, además, el aporte y reconoció que “esta herramienta busca impulsar y contribuir al escalamiento de la agroecología en el país, demostrando resultados concretos, por región, sistemas productivos, escala o comunidad.
En el mapa, se puede acceder mediante un filtro al detalle de los 26 módulos agroecológicos del INTA, las cuatro parcelas demostrativas, los tres módulos educativos, 22 experiencias con Cambio Rural y las 25 experiencias privadas con asesoramiento del INTA.
Los 26 módulos agroecológicos INTA se ubican, en general, en las experimentales del Instituto y son conducidos por equipos interdisciplinarios. Además, presentan planteos complejos a largo plazo y están vinculados con la comunidad como sitios demostrativos y en la comercialización de sus productos. Muchos de estos tienen más de 15 años de existencia y otros son experiencias jóvenes en pleno crecimiento.
Por otra parte, las cuatro parcelas demostrativas INTA son espacios más acotados que los módulos, conducidos por especialistas del organismo en los que se hacen ensayos de investigación puntuales para el enfoque agroecológico. Si bien, no tienen una mirada de sistema, generan información muy importante para responder preguntas particulares del enfoque.
A su vez, están los módulos educativos que se presentan como experiencias en establecimientos educativos, estos sitios pertenecen a predios y campos de escuelas, universidades o unidades carcelarias, que articulan con el INTA, en diferentes actividades.
También están las experiencias privadas con asesoramiento del INTA. Se trata de grupos de productores y chacras o granjas particulares que, en general, ofrecen sus establecimientos para realizar ensayos o experiencias. Son espacios en los que los mismos productores realizan las prácticas de campo, lo que motoriza el aprendizaje de “productor a productor”.
Por último, se mapearon los grupos de Cambio Rural que están en transición agroecológica avanzada y que son acompañados por el INTA en articulación con el Sistema de Gestión del Programa Cambio Rural.
En cuanto a Jujuy, las experiencias expuestas en el mapa tiene que ver con sistemas productivos en ganadería, en Abra Pampa, apicultura en Tilcara y del tipo hortícola en Maimará.
Agroecología, un concepto que crece
Si bien surge como enfoque y paradigma que excede a las ciencias agrarias para recibir aportes de otras disciplinas, así como de otros actores clave de la producción, la definición del concepto evolucionó. Agroecología es entendida como aquella práctica, ciencia y movimiento que aborda la complejidad socioeconómica, ecológica y ética de los sistemas de producción, transformación y comercialización de alimentos, fibras y energía.
“La institucionalización en el INTA de la agroecología tiene una historia de más de una década”, puntualizó Tizón quien destacó el trabajo de la Red de Agroecología (REDAE – INTA). “Está en continuo crecimiento, con más de 160 agentes participando directamente que se distribuyen en 105 unidades de INTA de todo el país”, detalló.
La Red procura ser un espacio de interacción y comunicación de experiencias productivas y de investigación, generación y divulgación de conocimiento y propuestas de capacitación tanto internas a la Red como a la comunidad, entre otras actividades.
Para Tizón, “tomar la agroecología como enfoque sistémico implica un cambio de paradigma. Para esto, se plantea una transición ordenada” y esto dependerá del tipo de sistema y de estado de degradación del cual se inicie. Así, existen pautas consensuadas que comienzan por un aumento de la eco-eficiencia productiva, siguen por la sustitución de insumos químicos por biológicos, hasta llegar a un sistema estabilizado mediado por la diversificación y el rediseño del agroecosistema.
A su vez, la agroecología extiende su propuesta a la organización de los agricultores para la comercialización mediante –por ejemplo– sistemas participativos de garantía o certificaciones agroecológicas (SPG-SCA) que vinculan a los productores con los consumidores en forma directa y responsable.
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