La obra comunicarán los barrios de Moreno, Alto Castañeda, Moreno, Cuyaya y Alto Gorriti, pero además, tocará algunos de los sectores más postergados de la ciudad en materia de infraestructura, mejoras urbanísticas y sanitarias; como la zona de la vieja terminal, en donde predominan los baches, la pintura vieja, edificios en desuso, la venta ambulante y el transporte ilegal. Esta situación deja al descubierto, que tal vez una construcción de este tipo, no sea la más acorde para responder a las urgencias que atañen al sector, como en muchos otros.
El innovador, y a la vez polémico proyecto, costará ni más, ni menos que $ 36 millones, de los cuales $ 16 millones los aportará la comuna, y $ 20 millones llegarán desde Nación. Estará compuesta de dos ascensores de 18 metros de alto con una capacidad para veinte personas, cada uno; una pasarela metálica; un espacio verde, entre otras obras complementarias.
Desde el ejecutivo municipal justifican el proyecto, en un marco de integración, “esto forma parte de una decisión de lograr la integridad de la ciudad, entendiendo el desarrollo en barrios que cumplieron más de 70 años y que han sido las primeras expansiones urbanas", dijo el intendente de la capital jujeña, Raúl Jorge.
Parte de los fondos ya fueron transferidos a las arcas municipales, tras lo cual la empresa adjudicataria comenzará la obra en un plazo no mayor a 20 días. En el concurso para la adjudicación se presentaron tan solo tres empresas: Emprendimiento Río Grande, Empresa Sidera S.R.L. y Empresa Mario Campos. Está ultima logró la contratación de la obra.
La primera etapa, que es la estructural de los ascensores urbanos, tiene un plazo de 90 días, más otros 30 días para la instalación de los elevadores y el tiempo restante será para obras complementarias. Esta es una obra de seis meses, que ya debería estar en funcionamiento.