Impulsar el cultivo de frutas en el valle de Los Pericos no es casual. Jujuy cuenta en esa zona productiva un gran potencial productivo agropecuario y busca en los próximos años diversificar lo que hasta ahora estuvo dedicado al sector tabacalero. El tabaco va pasando de moda; su cultivo y producción industrial atraviesan años marcados por la caída de consumo, deterioro de precios y altos costos. La frutilla parece venir bien en ese contexto, además de en los postres.
La provincia de Jujuy se ubica en el cuarto lugar en la producción de mediana y baja escala de frutillas del país. Esto se da producto de un gran salto que viene transitando el sector en relación al “rendimiento y la calidad” de la fruta.
El Estado provincial y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) buscan impulsar la llegada de los productores locales a mercados regionales, y es por eso que las frutillas jujeñas -que hoy junto a las correntinas cubren el 30% de la demanda, siendo el 70 % restante cubierto por Santa Fe, Tucumán y Buenos Aires-, empiezan a movilizarse.
Según datos suministrados por el sistema de consulta de comercio exterior de bienes proporcionado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (Indec), durante 2018 hasta la actualidad han sido exportadas 738.344.21 kilogramos por un monto FOB en u$s de 1.708.581.00.
El mercado frutillero internacional se concentra en las exportaciones que realizan España, Estados Unidos y México, quienes configuran aproximadamente el 65% del volumen operado, según datos de FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Las exportaciones argentinas de frutilla congelada son insignificantes en el contexto mundial (menos del 0,4%) pero sí son relevantes para la economía de las zonas frutilleras orientadas a la exportación, como es Tucumán, y las aspiraciones jujeñas.
Para lograr competir, Jujuy debe mejorar sus estándares de calidad, cuestión en la que los productores de mediana y baja escala están trabajando con la idea de la industrialización. El agregado de valor se puede dar con buenas prácticas agrícolas garantizando parámetros internacionales de calidad y así cumplir con las demandas de los mercados.
Por ahora, las frutillas jujeñas sólo son comercializadas en el mercado interno, mientras que hoy la estrella exportadores es Tucumán, específicamente la localidad de Lules.
El SENASA interviene en la cadena agroalimentaria para poder cumplir con todas las exigencias de los mercados que demandan la frutilla argentina. De esta forma países como Brasil, Estados Unidos y Canadá podrían sernos accesibles.
En los Valles de Los Pericos, se produce frutillas desde hace 40 años, y en Censo a productores frutilleros del Departamento El Carmen realizado en el año 2010 se registraron aproximadamente 120 hectáreas productivas de las que participan unos 170 productores, de los cuales más del 90% son agricultores familiares.
También hay algo de innovación más al norte, llegando a la quebrada, como frutillas de colores, de las que te contamos antes (aquí). Ojalá se abra el camino.
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