Rizzotti sostiene que puede equilibrarse el fortalecimiento del hacer estatal en obras junto al desarrollo del sector privado participando también de la obra pública.
Expresó que “desde diciembre de 2015, la obra pública dio un giro, garantizando procesos licitatorios transparentes, con convocatoria a todas las empresas del medio local, y con eso aseguramos también que la obra pública sea realmente la que necesitan los jujeños”.
”Y también pudimos, a la vez, equipar áreas operativas claves para una geografía como la nuestra, como lo son las direcciones provinciales de Vialidad y de Recursos Hídricos, pudiendo ser hoy un Estado con presencia territorial a la vez que reequipado y habiendo superado una matriz de tercerización que fue la caja de negociados particulares en detrimento de lo público durante años anteriores”, sumó.
Rizzotti enumera como ejemplo los 170 kilómetros nuevos de rutas que se hicieron en los últimos tres años por administración de la DPV y analiza números: “en 2016, adquirimos para la DPV con 107 equipos nuevos y 10 casillas, una inversión de 300 millones de pesos; y en 2018 adquirimos 28 equipos más, por 205 millones de pesos; un total de 505 millones en tres años. Si hoy tuviéramos que hacer esos 170 kilómetros, nos saldrían al menos 2.500 millones. Invertimos un cuarto de ese monto, hicimos las rutas, y todavía tenemos equipos para abrir caminos por 20 años más”.
“A la vez, cada vez que tuvimos que hacer grandes obras por contratación, hemos convocados a todas las empresas, muchas que participaron por primera vez”, continuó Rizzotti en el análisis de la relación entre obra pública y sector privado. “Hay casos como Volcán, en cuya reconstrucción integral participaron más de diez empresas jujeñas, y así podemos dar ejemplos en cada plan y programa de obra que ejecutamos, ya sea de vivienda, vial, hídrica o de servicios”, aseguró.
“Darle valor a los recursos humanos y empoderar con nuevas herramientas de trabajo las diferentes áreas del Estado, acompañados por los empresarios de la construcción jujeños fue fundamental para romper con la matriz de corrupción y el negociado que beneficiaba a unos pocos en desmedro de todos los jujeños”, valoró Rizzotti. “Para eso, fue vital el acompañamiento y la disposición de la mayoría del empresariado jujeño, que asumió el mismo compromiso con lo público que nos impusimos nosotros como administradores del Estado”.
“Licitamos y concursamos todas las obras que ejecutamos en la provincia en estos 3 años y 8 meses, siempre buscando la mejor propuesta económica que beneficie a los jujeños. Tuvimos en cuenta que todos los recursos del Estado pertenecen a cada uno de los jujeños, de cada rincón de la provincia; es nuestro deber y mandato como sus representantes administrar con transparencia la obra pública”.
Cuando le consultamos sobre la relación con las empresas considerando que el empoderamiento con maquinarias y la ejecución de obras por administración del estado podía generar un merma en la obra por contratación, Rizzotti expuso: “los empresarios nos acompañaron en todo momento, esa matriz de la que siempre hablamos también los perjudicaba a ellos, porque las obras se otorgaban en un círculo muy pequeño de beneficiarios. Hoy trabajamos con todas las empresas que se presentan en nuestras convocatorias, desde las grandes constructoras hasta las empresas más pequeñas tienen lugar en nuestra cartera”.
“El Estado tiene que tener la capacidad e hacer obras por administración; es también vital para empoderar al trabajador público, a nuestros obreros, maquinistas y técnicos. Y es vital también propiciar condiciones para el desarrollo del sector privado; eso también desde el Estado se puede hacer”, cerró.