Cuántas veces nos han preguntado: ¿Vos que sos periodista, sabes quiénes son esenciales?; ¿Sabés si es real el colapso hospitalario? ¿Qué permiso necesito para salir de vacaciones? En un verano “open door”, con centenares de argentinos viajando a playas del caribe y la costa argentina abarrotada de fiestas clandestinas.
Luego llegó el debate por la presencialidad de las escuelas. En el 2020 ningún niño y joven argentino fue a la escuela, toda la educación fue virtual y el acceso a la misma no fue igualitario. El 2021 no podía ser igual. Y la pregunta fue ¿Sabes si van todos los días?
También nos tocó visibilizar a emprendedores y empresas al borde de la quiebra. Aproximadamente de 1 millón de ellos finalmente cerraron sus puertas, en su mayoría pymes.
La vacuna, ¿Será mejor la rusa, la china, la ArgenMex? Y las consultas fueron por el calendario, prioridades, y hasta síntomas adversos. ¡Nos salvamos de la segunda ola y nos convertimos en especialistas en vacunación!
Bueno, no. La segunda ola llegó, con Manaos bajo el brazo y directo al AMBA, tremendo concepto geográfico unitario en un país con 2.78 millones de kilómetros cuadrados. Ese país enorme, rico y diverso, que ansioso espera de los anuncios para el AMBA. De los que siempre desconocemos la letra chica hasta la publicación oficial del decreto presidencial.
El “Semáforo epidemiológico” verde amarillo y rojo como una canción infantil, respiramos aliviados cuando el Ministerio de Salud de la Nación ubica a nuestra ciudad o provincia en verde o amarillo.
Y continúa la crónica periodística que parece no tener fin.
Los trabajadores de los medios en estos meses recibimos las consultas incesantes de amigos, familiares y vecinos a la espera de más información: casos activos, restricciones, medidas especiales de los mandatarios provinciales y muchas veces hasta consultas sobre que pasa en Casa Rosada. La respuesta de todos: “No tengo información. No sé más que vos.”
Covid-19 llegó a cambiar la forma de vivir de todos. Pero el periodismo, incansable, dedicó toda su energía para llevar a cada casa en Argentina información, de un virus que aún desconocen hasta los más eruditos infectólogos del país y el mundo.
Y nacieron las grietas periodísticas: los anti cuarentena, los pro cuarentena. Vacunas sí vacunas no. Aperturas o cierres. En fin, la argentinidad #ModoPandemia.
Fueron 15 meses en donde salir a hacer una nota fue un desafío y lo sigue siendo. Una producción periodística requiere hoy, no solo la planificación y pre producción sino protocolos sanitarios. La consulta previa, una y mil veces, “usted fue contacto estrecho", “por favor use de forma correcta su barbijo”. Centenares de entrevistas telefónicas, zoom + meet y todas las plataformas digitales que nos permitieran continuar informando hasta ser nosotros Covid+.
Pasamos por todos los estados, aplaudimos médicos, y algunos los expulsaron de edificios por ser “propagadores del virus". Denunciamos a nuestros vecinos y amigos que hacían encuentros clandestinos, y a veces fuimos parte de ellos. Nos aislamos, nos volvimos menos humanos. Le encontramos la vuelta a las restricciones nocturnas “te vas a las 2 o te quedas hasta las 6 a.m.” Descreídos de los números oficiales, lloramos ante un amigo, o familiar que sufrió esta enfermedad.
El virus mata y #QuedateEnCasa continúa siendo la forma más efectiva y la única consigna viable, para “bajar la curva" otra frase que se instaló en nuestro vocabulario cotidiano.
Las y los periodistas de todo el país, nos convertimos en fuente de información COVID-19, expuestos en muchos casos a contraer el virus o “bicho”, bautizado bajo la Argentinidad única que nos caracteriza como nación. Ejercer la profesión sigue siendo complejo y hasta una tarea imposible de planificar y organizar. Y muchas veces agotados de lo redundante de estar escribiendo, o expresando frente a una cámara hace 15 meses sobre este tema, no podemos hacer más que cumplir nuestra función de comunicar, con seriedad, la mayor rigurosidad posible -que permita la línea editorial del medio en el que trabajamos- Y sobre todo, conscientes de que una pandemia es un hecho histórico digno de narrar con las mejores herramientas y con humanidad.
Ninguno de los que hacemos periodismo sabemos más que cualquier otro argentino sobre COVID- 19 tan solo les contamos que pasa hoy a riesgo de mañana tener que estar #EnCasa.
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