En el siglo XXI, las relaciones sexuales están atravesadas por las redes sociales y los adolescentes al igual que los adultos viven sus relaciones a través de internet. El sexting, es una práctica que cada día crece más y consiste en producir y compartir contenidos e imágenes sexuales a través de las redes sociales, lo comparten con amigos y parejas.
El sexting es una práctica riesgosa para los chicos, quienes muchas veces no toman medidas de seguridad para cuidar su privacidad personal y su identidad digital. La identidad digital se conforma a partir de las huellas digitales que se encuentran en la red vinculados a los nombres. Internet no tiene derecho al olvido, se pierde el control de todo lo que se publica y comparte y se expande a un público infinito.
Pantallas Amigas define un tipo de grooming como “sin fase previa”, cuando el acosador logra acceder a imágenes sexuales que crearon los propios chicos y directamente se comunican con ellos a través de amenazas exigiendo más imágenes. Los adolescentes que practiquen sexting se convierten en posibles víctimas del grooming.
El tipo de grooming más conocido es “con fase previa”, donde el acosador trabaja para construir una relación de confianza y empatía utilizando la estrategia del noviazgo y amistad. Convenciendo la voluntad de los chicos para que les envíen imágenes sexuales.
Los acosadores se esconden detrás de una identidad digital falsa de otro niño, niña o adolescente del mismo género o diferente y con una edad similar a sus víctimas. En otros casos, utilizan su actual identidad digital y suelen ser adultos cercanos como un preceptor, vecino, entrenador o familiar.
Se engaña a los chicos para obtener imágenes sexuales, se los manipula y una vez que ellos ceden en enviar las imágenes les exigen más imágenes amenazando con publicar esas imágenes en público, comunicar a sus padres o bien exigir encuentro presencial.
El grooming se presenta como una jugada previa para cometer otros delitos como el abuso sexual con contacto físico, la trata de personas y la pornografía infantil. Son el reflejo de problemáticas sociales históricas como los abusos sexuales en la infancia y adolescencia y la violencia de género.
Entre los acosadores que captan a sus víctimas en internet, se pueden distinguir los pedófilos, pederastas y cazadores de pornografía infantil. Los cazadores integran redes internacionales de producción y distribución de pornografía infantil con fines económicos millonarios.
Pornografía infantil en Argentina
Argentina, es uno de los 10 países a nivel mundial donde más se consume y distribuye pornografía infantil y se procesan 50,000 mil denuncias por año, según expresó el Centro de Información Judicial (CIJ) del Ministerio Fiscal de C.A.B.A.
Daniela Dupuy, fiscal penal especializada en delitos informáticos de la Ciudad Autónoma de Bs As, explicó que los delitos de grooming y pornografía infantil están vinculados entre sí porque los acosos sexuales virtuales pueden provocar el delito de la pornografía infantil cuando un adulto acosa a un menor por internet para pedirle imágenes sexuales, con la intención de publicar ese material en la red, o bien con la solo tenencia de las mismas.
Crean varios perfiles falsos para captar a varias víctimas en simultáneo a través del anonimato. Los consumidores de imágenes son coleccionistas que demandan más producción provocando más abusos contra los chicos, un círculo que se retroalimenta.
El delito de la pornografía infantil se basa en imágenes de representación de chicos dedicados a actividades sexuales, se condena de 3 a 6 años a quienes produzcan, faciliten, comercialicen, distribuyan y recientemente también incluye la tenencia de esas imágenes expresado en el artículo 128 de la Ley 26.388/08 del Código Penal Argentino.
Por su parte, Pablo Lázaro, director de Investigaciones de Ciberdelitos de la Secretaría de Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación aclaró que los materiales que incluyen actividades sexuales involucrando a menores de edad son imágenes que significan situaciones de abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes y no presupone un hecho consensuado entre adultos que puede ser actuado o con fines artísticos.
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación recibió denuncias sobre grupos de whasapp que de forma aleatoria incorporaba a menores por sus fotos de perfil sin previo aviso. Se compartía imágenes sexuales y se los invitaba a producir y compartir imágenes, una modalidad que nos alerta y demanda estar atentos para prevenir y proteger a los chicos.
La solución no es aislarlos de internet, lo que se tiene que cuestionar y cambiar es el uso que le damos a internet, ellos necesitan orientación para ser ciudadanos digitales y puedan navegar de forma consciente, activa y responsable. Nuestro ejemplo es importante.
Las niñas y adolescentes son las principales víctimas del grooming y pornografía infantil, un reflejo de la violencia de género. No descuidemos a los varones porque también pueden ser víctimas, por ejemplo a través de juegos online que permiten comunicarse.
Los padres para comprender y acompañar a los chicos necesitan conocer cómo conviven en internet y las redes sociales, los sitios que visitan. Lo que es indiferente para los adultos puede ser significativo para los chicos.
Recomendaciones de prevención:
- Dialogar sobre sus actividades en internet
- Explicar los peligros
- Recomendar no comunicar el número de celular a desconocidos
- No aceptar invitación a desconocidos
- Configurar la privacidad en las redes
- Crear contraseñas seguras y no compartirlas
- Advertir que nadie puede pedirles imágenes sexuales
- Orientar al cuidado de sus datos personales y familiares.
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