En un escenario de contrastes, el mercado inmobiliario jujeño muestra signos de mayor actividad, mientras el comercio formal enfrenta una preocupante caída en las ventas. Así lo manifestó Guillermo Bustamante, referente de la Cámara Inmobiliaria de Jujuy, al señalar que “hay buena oferta y buena demanda. La verdad es que la demanda nunca desapareció, pero lo que cambió radicalmente es la oferta, se disparó desde que se modificó el marco legal. Eso le dio mucho aire al mercado”.
Con el nuevo marco normativo que reemplazó la anterior Ley de Alquileres, se observan condiciones más flexibles, precios más ajustados a la realidad y mayor margen para negociar. “Antes, cuando las opciones escaseaban, los inquilinos muchas veces no tenían más remedio que aceptar condiciones poco favorables, pero hoy es distinto”, explicó Bustamante.
Si bien la ley actual permite contratos por plazos más cortos, “en la práctica la mayoría sigue siendo de dos años. Tiene lógica. Un inquilino necesita cierta estabilidad. Cambiar las reglas del juego cada seis meses no ayuda a nadie”, sostuvo. En cuanto a los aumentos, indicó que “en general se está haciendo de manera semestral y se está actualizando con el Índice de Precios al Consumidor, que últimamente está entre un 2 y un 3% mensual, y está atendiendo a la baja, de manera de que las actualizaciones son bastante razonables”.
Los barrios más buscados en San Salvador de Jujuy siguen siendo Los Perales, Bajo La Viña, Ciudad de Nieva y algunas zonas del centro. Bustamante señaló que “en el microcentro todavía hay oferta, pero la demanda fuerte se concentra más en esos barrios. Tal vez por tranquilidad, por accesibilidad, o por una mezcla de cosas”.
Respecto a precios, un departamento de dos dormitorios en zonas no premium ronda los 400.000 pesos. En el centro, un monoambiente puede costar entre 600.000 y 850.000 pesos, en Alto Padilla un dos ambientes llega a los 600.000, y en Campo Verde, un monoambiente arranca desde 150.000. Sin embargo, advirtió que “las expensas han subido muchísimo. Se encarecieron todos los servicios, el mantenimiento, la limpieza. Y eso, para una familia, es un gasto que pesa”.
En cuanto a la continuidad de los contratos, remarcó que “hoy la mayoría prefiere renovar. No hay una alta rotación. Antes, con la inflación disparada, todo era más incierto”.
El comercio, en caída
En contraste con el repunte del sector inmobiliario, la actividad comercial vive un momento delicado. “Ha bajado mucho la demanda. No estamos hablando de cierres masivos, pero sí de una realidad que se nota en la calle. Hay menos movimiento, menos consumo, menos gente comprando”, explicó Bustamante, quien también forma parte de la Cámara de Comercio.
El principal motivo, explicó, es la competencia con productos de países vecinos: “Muchos viajan para hacer compras afuera por la gran diferencia y el tipo de cambio”. A eso se suman los altos costos operativos locales. “Nuestros comercios enfrentan costos mucho más altos que incluyen cargas impositivas, costos laborales y precios de insumos”.
Y lanzó una advertencia contundente: “Vas ajustando y si los números no te siguen dando, lamentablemente esto puede desembocar en que haya también que despedir gente porque bueno, no podemos asumir nuestros compromisos en estas condiciones y en este contexto”.
Para finalizar, insistió en que “la situación afecta a todos los rubros ya que la gente busca hacer rendir su sueldo, pero los comercios no pueden competir con esos precios y ahí está el verdadero problema. Eso no es cuestionable, pero lo que es cuestionable es que nuestros costos no nos permiten competir”, cerró.
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