Por un lado, en la capital jujeña el ministro de Cultura y Turismo, Federico Posadas expresó que “la actividad turística en Jujuy viene creciendo de menor a mayor desde los primeros días del año, en donde se registran picos del 60% de ocupación durante los fines de semana. Este crecimiento paulatino se irá viendo semana tras semanas”. Y por otro el Gobernador Gerardo Morales dispuso desde La Quiaca la implementación de medidas de restricción en dicha ciudad que, a partir de ayer, volviendo a clasificación de “zona amarilla” en situación de alerta sanitaria, debido al incremento de casos positivos de COVID-19 que se registra.
Una muestra más de las contradicciones que la pandemia generan en las organizaciones gubernamental y equipos sanitarios que hoy manifiestan en múltiples medios su descontento frente a la explosión de la temporada de verano en todo el país.
Reactivas el turismo era y es necesario, una de los sectores económicos más golepados por la pandemia. El impacto económico de la primera quincena de enero en la provincia de Jujuy fue de 4.813.779 millones de dólares con una ocupación promedio del 40% en toda la provincia. 36.602 turistas en las distintas regiones con una estadía promedio de dos días y medio en Jujuy.
“Los turistas que visitan Jujuy, en su gran mayoría son familias de las provincias cercanas a Jujuy, producto del acuerdo firmado con el NOA para tener una libre circulación y de esta manera fomentar el turismo de cercanía”. Las localidades mayor visitadas por los turistas fueron Purmamarca y Tilcara, en la Quebrada; y la zona de los Valles con un buen nivel en San Salvador de Jujuy.
“Hoy la provincia cuenta con el 80% de las plazas en funcionamiento, un 10% de las plazas se encuentran cerradas, y el 10% restante de las plazas hoteleras están ocupadas con pasajeros Covid-19 (cuarentena trabajadores de mineras)”, finalizó Posadas.
Por otro lado en la ciudad fronteriza los controles se hacen cada día más necesarios “hay circulación viral comunitaria en La Quiaca” enfatizó Morales destacando que la actividad interna en la ciudad será normal, salvo en la franja horaria de 23 a 6 horas, en la que regirá el toque de queda sanitario. Se suspende toda actividad social y cultural en ese lapso. Están habilitados los comercios gastronómicos con delivery.
Simultáneamente se avanzará con el aprovisionamiento de las comunidades y se desarrollarán módulos de capacitación para centros vecinales e instituciones intermedias.
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