En la provincia norteña la sidra artesanal tiene grandes potenciales; en bares de la ciudad capital se ven y piden con más frecuencia. ¿El motivo? Su atrapante sabor y la curiosidad de muchos y muchas, por salir de las bebidas habituales (cervezas y tragos).
La sidra es elaborada en base a jugo de manzanas, con un sutil toque de alcohol, a través de un proceso de fermentación. En los Valles Áridos de Jujuy en zonas de Bárcena, Maimará, Humahuaca y Ocumazo, desde hace tres años existe la producción de esta bebida que llegó a pisar los 7 mil litros. La manzana, específicamente, se produce en Jujuy desde épocas de la colonia, algunos directos de la Quebrada se los conoce con las denominaciones las Cara sucia, Melona, Deliciosa, Amarilla dulce, Criolla chata, y más.
Para la elaboración de sidra la manzana debe pasar por diferentes etapas: cosecha de fruta, lavado, trituración, prensado, acondicionamiento del mosto, fermentación, clarificación, trasvase, maduración y embotellado.
En los Valles Templados, el INTA analiza la primer experiencia en elaboración de sidra artesanal con cultivares de manzanas de bajo requerimiento en horas de frío. Allí Se procesó la fruta cosechada de la colección de “Los Alisos” (Parcela Experimental desarrollada bajo un convenio entre INTA, FCA UNJu, Latser SA y Latitud Sur SA) y se obtuvo un excelente rendimiento del 60% de jugo.
En el sector, están en evaluación de los cultivares de manzanas (de requerimiento de 250 a 400 horas frío): Eva, Caricia, Anabella y Princesa, todos logrados en Brasil mediante cruzamientos del cultivar Anna, de origen israelí. Allí el proceso ya pasó la etapa de fermentación y clarificación de la sidra base; y se espera poder degustarlos próximamente.
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