Existen demandas laborales en estas áreas, sin embargo, las mujeres sólo representan el 30% de los investigadores del mundo y sólo el 10% ocupa puestos de jerarquías y responsabilidad en las Universidades según la UNESCO.
¿Juguetes para niños y niñas?
Se fabrican y venden juguetes de color rosa orientados a las niñas como las muñecas, cocinas y maquillajes, los cuales reflejan estereotipos del rol de la mujer como la maternidad, el trabajo doméstico, la crianza y la modelo de belleza. Aparece la maternidad como una condición obligatoria, los cuidados de la familia como exclusivos y la imagen corporal valorada en su máxima expresión.
En 2019, Walter Martello, defensor del Pueblo Adjunto bonaerense expresó que el 40% de los juguetes destinados a las niñas están vinculados a tareas del cuidado. Al respecto, Pamela Ares, presidenta de la Fundación Contemporánea expreso que la pobreza tiene cara de mujer y que estos cuidados que realizan las mujeres son trabajos invisivilizados y no pagos.
Las muñecas son juguetes exclusivos para las niñas y están maquilladas con ropa sexualizada de adulta e incentivan a las niñas al fenómeno de la hipersexualización. Consiste en motivarlas a crecer apuradas en su desarrollo sexual donde únicamente se las valora por su apariencia física, no se les permite vivir como niñas. Ellas son niñas que necesitan crecer sin apuros. En 2015, en Australia, Sonia Singh emprendió “Tree Change Dolls”, donde restaura y vende muñecas sin maquillajes y con ropa cómoda no sexualizada, sin dudas, reflejan mejor a la realidad de las niñas.
El fenómeno mundial “impuesto rosa”, se suma a esta situación de desigualdad, consiste en vender juguetes de color rosa destinados a las niñas con un precio superior que otros juguetes con las mismas propiedades destinadas a los varones. Se cobra un valor injustificado fomentando la desigualdad en las niñas.
Respondiendo a éstos estereotipos que se imponen desde la niñez, las adolescentes se orientan a elegir profesiones relacionadas con los cuidados, la estética y lo domestico como único destino, como la docencia, enfermería, y los oficios de niñera y cocinera, entre otras. Limitando su posibilidad de poder elegir otras opciones que no se relacionen con estos mandatos sociales.
¿Acaso los varones no tienen la responsabilidad de la paternidad?, ¿las mujeres no pueden decidir no tener hijos?, ¿por qué la imagen corporal es muy valorada en las mujeres? y ¿acaso una mujer no puede convertirse en una Ingeniera Industrial?
¿Qué pasa con los niños? Sus juguetes están identificados con el color azul y se relacionan al manejo de maquinas, armado de artefactos, manejo de vehículos y posesión de armas, entre otros, las cuales están relacionadas a profesiones de CTIM como Ingeniería Mecánica o el oficio de chofer de vehículos.
Los chicos son apoyados a elegir estas profesiones y, al mismo tiempo, son discriminados por elegir profesiones consideradas femeninas como enfermería. ¿Acaso los varones no pueden convertirse en buenos enfermeros?
El rol paterno implica la crianza de los hijos, sin embargo, no se venden muñecas orientadas a los niños y tampoco se les permite jugar con ellas. Una mujer puede convertirse en una Ingeniera Industrial y tampoco hay juguetes orientados a ellas. Los colores son de todos los niños y niñas sin distinción que los limite a proyectarse.
Estos juguetes que conviven con los chicos comunican e influyen en sus aprendizajes, y en algunos casos, se convierten en barreras. Por su parte, Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e investigación de la Mujer (FEIM) recomienda que los padres compren juguetes para los chicos despojándose de los colores y mandatos. Si una niña pide un tractor azul, se le debe comprar y permitirle jugar.
Vocación profesional ¿se nace o construye?
“Mi hijo es inteligente por eso va a estudiar Ingeniería”, “mi hija quiere estudiar Ingeniería pero es una carrera para varones, ya le dije que elija otra”, “mi hija será una maestra jardinera, ama a los niños, tiene instinto maternal", etc.
Se cree que los niños y niñas “nacen” con capacidades innatas para ejercer determinada profesión. La vocación profesional se construye a partir de una relación afectiva y cognitiva con los conocimientos en un proceso que necesita condiciones y oportunidades para desarrollarse.
Crecimos creyendo que existían profesiones llamadas “carreras masculinas”, “ciencias duras” y “carreras de inteligentes”, es decir, profesiones exclusivas para varones inteligentes y fuertes. No existen carreras masculinas ni femeninas y tampoco la inteligencia es un estado que tienen las personas al nacer según su sexo biológico.
La identidad vocacional y la inteligencia se construyen a partir de condiciones biológicas, vínculos con la realidad y los otros, con experiencias significativas desde la niñez, las cuales son significativas por la capacidad de aprender y descubrir el mundo que tienen tanto los niños como las niñas. Los niños y niñas tienen el mismo derecho a educarse con las mismas posibilidades y en un futuro elegir cualquier profesión, se aprende a ser informático, se aprende a ser enfermeros, se aprende cualquier profesión.
En el mundo, se necesitan profesionales para responder a las demandas actuales, es por ello que, en 2019, México creó la carrera de Ingeniería en Videojuegos para formar profesionales especializados en el desarrollo de videojuegos que potencien los campos de la Medicina e Ingeniería.
En Reino Unido, en 2018, la Universidad de Surrey llegó a la conclusión de que las niñas aficionadas a los videojuegos se autoidentifican como personas vinculadas a la tecnología e informática y muchas de ellas eligen profesiones vinculadas a las tecnologías. ¿A cuántas niñas apoyamos a jugar videojuegos?.
Muchos padres y docentes, por estas creencias, se posicionan como barreras y no apoyan ni motivan la interacción de las niñas y adolescentes con tecnologías y videojuegos. Un ejemplo de esto es Pamela Scheurer, Ingeniera en Computación y Co-fundadora de Nubimetrics, quien a los 9 años ya tenía interés por la computadora y videojuegos. Su entorno familiar no la apoyaba a estudiar Informática porque era una carrera para varones, sin dudas, fueron barreras importantes que tuvo que derribar. ¿Cuántas niñas y adolescentes quedan en el camino por esta falta de apoyo, mandatos sociales y falta de condiciones para construir su identidad vocacional?.
Internet es una puerta al mundo, las niñas y adolescentes con usos productivos y responsables pueden beneficiarse en su inteligencia y vocación profesional. Necesitan oportunidades para construir su identidad vocacional en estas profesiones y, al mismo tiempo, tienen otro desafío, construir su liderazgo en todos los espacios.
¡Apoyemos a las niñas y adolescentes a elegir profesiones en CTIM, la sociedad las necesita!
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