“La irrupción del COVID-19 se produjo en un contexto de debilitamiento del comercio mundial que se arrastra desde la crisis financiera de 2008-2009. La rápida propagación del COVID-19 y las medidas adoptadas por los gobiernos han tenido graves consecuencias en las principales economías mundiales. Se ha interrumpido gran parte de las actividades productivas, primero en Asia y posteriormente en Europa, América del Norte y el resto del mundo, y ha habido cierres generalizados de fronteras. Esto ha dado lugar a un marcado aumento del desempleo, especialmente en los Estados Unidos, con la consecuente reducción de la demanda de bienes y servicios. En este contexto, en 2020 el producto mundial registraría su mayor contracción desde la Segunda Guerra Mundial” enmarca la presentación del Informe de la CEPAL, para ampliar que “en mayo de 2020 el volumen del comercio mundial de bienes cayó un 17,7% con respecto al mismo mes de 2019. La caída en los primeros cinco meses del año fue generalizada, si bien afectó especialmente a las exportaciones de los Estados Unidos, el Japón y la Unión Europea. China experimentó una contracción menor que el promedio mundial, ya que controló el brote y reabrió su economía relativamente rápido. América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada”.
Los datos son presentados en decenas de gráficos, cuadros y análisis concretos de datos y proyecciones, todos ordenados de modo tal que propician una aprehensión del panorama que ilustran.
El índice resume anticipa un poco el panorama, y también las herramientas y políticas a las que la Comisión de la ONU insta para que los efectos (en muchos aspectos, devastadores) de la pandemia por Covid-19 sean más llevaderos: A) Se desploma el comercio mundial; B) El comercio de bienes de la región cayó un 17% entre enero y mayo de 2020; C) El colapso del turismo arrastra a las exportaciones de servicios; D) Los problemas en el transporte internacional traban el comercio regional; E) Las exportaciones y las importaciones de bienes se reducirían en una cuarta parte en 2020; y F). Ante una economía mundial más incierta y regionalizada, es imperativo profundizar la integración regional.
Tras un análisis exhaustivo de variaciones, comparaciones y proyecciones, el Informe resume cuatro consecuencias inmediatas de la irrupción del Covid-19: 1) Interrupciones en las cadenas de valor mundiales debido al cierre de las grandes fábricas, 2) Aumento del teletrabajo, la automatización y el comercio electrónico, 3) Cierre de fronteras y restricciones al transporte, y 4) Restricciones a las exportaciones de insumos médicos y alimentos. A ellas, le contrapone cuatro oportunidades para reforzar la integración regional: 1) Impulsar las cadenas de valor regionales en sectores estratégicos para aprovechar la escala que ofrece un mercado de 650 millones de personas; 2) Impulsar el comercio sin papeles y un mercado común digital; 3) Reducir la vulnerabilidad de la región ante choques externos; y 4) Generar un diálogo en un mayor pie de igualdad con los Estados Unidos, China y Europa.
Si querés tener los datos más actuales de la región latinoamericana y caribeña en lo que hace a comercio exterior, y también sobre la centralidad que advierte la CEPAL sobre infraestructura y la logística para la reactivación económica, no te pierdas el Informe que reseñamos. Podés descargarlo aquí.
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