El Mapa Nacional de Cultivos campaña 2018/2019 y su correspondiente informe fue publicado en el portal del INTA el 2 de septiembre pasado. En el trabajo se presenta un mapa de tipos de cultivos de las principales regiones agrícolas de Argentina para la campaña 2018/2019. El mapa –con una resolución de 30 metros- describe la presencia de los principales cultivos simples y dobles a lo largo de la campaña, datos que se obtuvieron por medio de relevamientos a campo y clasificaciones supervisadas.
Los autores del informe y mapa son Diego de Abelleyra, Santiago Banchero, Santiago Ramón Verón, María Jesús Mosciaro y José Norberto Volante, y también participaron en su construcción Miguel Boasso, Silvana Castrillo, Luciana Dacunto, Antonella Ferraina, Agustín Franzoni, Juan Gaitán, María Cielo Gómez Taffarel, Andrea Moreno y Tamara Propato.
Los investigadores son representantes a la vez de varias instituciones de investigación argentinas: INTA, Instituto de Clima y Agua, Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CIRN), Estación Experimental Agropecuaria Salta, Centro Regional Salta-Jujuy del INTA, Instituto de Suelos, Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Agronomía de la UBA, Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información, y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
En su Introducción, el mismo informe justifica la pertinencia del mapa: “La disponibilidad de mapas que describan de manera precisa la localización de los principales cultivos extensivos de grano a escala nacional es un prerrequisito para numerosas aplicaciones. Por ejemplo, la estimación del área sembrada, el seguimiento del estado fisiológico de los cultivos, la estimación del rendimiento, y por último de la producción agrícola, requieren información georeferenciada. Conocer la distribución espacial de los cultivos permite estratificar el área para el muestreo a campo y de esta manera optimizar los recursos de los programas de estimación de la superficie sembrada con cada cultivo anualmente. Además, proveen una manera objetiva de cuantificar la ocurrencia de doble cultivos y así mejorar la estimación del área sembrada. De la misma manera, los sistemas de monitoreo del estado y el rendimiento de cultivos que frecuentemente integran la información satelital de cada departamento sin discriminar área agrícola de no agrícola podrían beneficiarse al considerar la superficie efectivamente sembrada con cada cultivo. En conjunto, la mejora en la estimación del área sembrada y del rendimiento de cada cultivo disminuye el error en la estimación de la producción agrícola total del país y de la contribución de cada región. Mejorar la estimación de la producción agrícola tiene beneficios a múltiples escalas. A escala local permite por ejemplo anticipar la necesidad de almacenamiento, a escala regional la utilización de puertos y la demanda de transporte, a escala nacional los ingresos fiscales y la generación de divisas y a escala internacional los precios de los granos y potenciales proveedores de granos. Finalmente, si estos mapas se producen de manera periódica permiten caracterizar a nivel de lote aspectos clave de la sustentabilidad del manejo agrícola: la rotación de cultivos y la intensidad de uso, es decir la cantidad de cultivos por estación de crecimiento (o campaña agrícola).”
Podés encontrar el informe completo en el portal del INTA (aquí). Allí está, asimismo, el acceso directo al mapa, que también se puede descargar en formato pdf.