El chaku es una técnica ancestral que consiste en el arreo de vicuñas hacia un corral en el que se las encierran temporalmente evitando al máximo la generación de estrés; luego se seleccionan aquellas que están en condiciones de ser esquiladas; finalmente se esquila y al terminar el proceso (de 4 a 5 horas), los ejemplares capturados son liberados.
En IN Jujuy ya te contamos obre la política pública que encaró la provincia sobre la esquila de vicuña (aquí), y seguimos atentos a cuánto le puede significar el crecimiento de esta práctica –y todo lo que le agregue valor- al desarrollo local en la puna jujeña.
Esta vez, en Quirquinchos, la comunidad logró la captura de 425 vicuñas, tras un gran trabajo que contó con el acompañamiento del Gobierno de Jujuy y el Institutito Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ambas instituciones que entienden que la práctica reúne valores culturales, sociales, económicos – productivos y ambientales.
Los pueblos que esquilan en Jujuy están organizados como Comunidades Andinas Manejadoras de Vicuña de Yavi (CAMDVY), entre las que están Inti Cancha, Suripugio, Larcas, El Cóndor, Quirquinchos, Cholacor, Escobar, Corral Blanco, Azul Kasa, y también se suma Lagunillas del Farallón, del departamento Rinconada. El aprovechamiento del recurso se logra armonizando actividades de manejo, con mejoras de procesos productivos, de conservación, protección animal e incursionando en el valor agregado del producto.
Para este año, las expectativas de actividad son las de superar los 19 chakus de 2018 y llegar a 27. Además, se sumarán comunidades que por primera vez incursionaran en la actividad: trabajarán en conjunto las comunidades de Oratorio y Cabrería, en Santa Catalina; habrá otro chaku en Quera y Agua Caliente, comunidades que se encuentran cercanas a Abra Pampa; y otro en Coyahuaima, en Mina Pirquitas.
Esta producción significa un trabajo territorial para la consolidación del sistema vicuñero, que implica afianzar y mejorar los procesos de esquilas para acopiar una cantidad considerable de fibra de vicuña que le permita a las comunidades comercializarla obteniendo un capital que permita el beneficio con reinversión para la sustentabilidad.
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