A fines de la semana pasada el CEC de San Salvador de Jujuy informa que solicitó una audiencia con el gobernador Gerardo Morales para que el Gobierno le dé tratamiento a la propuesta del sindicato de establecer el horario corrido en la actividad comercial.
El sindicato avivó así una fuerte campaña que iniciaron los empleados de supermercados en 2020, en medio del pico de la pandemia durante el año pasado, de la que te contamos aquí. En sus expresiones, el CEC publicó también que “en el año 2020, pese a los esfuerzos del ministro Exequiel Lello de mediar en reuniones conjuntas con la Unión de Empresarios de Jujuy, no se logró el acuerdo, las autoridades de la UEJ manifestaron su negativa con el único argumento de que la población tiene arraigada la costumbre de no hacer compras en el horario de la siesta”. “Desde el CEC consideramos que la salud de nuestros compañeros trabajadores de comercio son la prioridad”; “el horario corrido no es una medida restrictiva sino regulatoria, oportuna y necesaria para evitar el crecimiento descontrolado de contagios por COVID-19 en la Segunda Ola”, sumaron.
La UEJ y más asociaciones, a su vez, se expresaron tras el comunicado del CEC. Y ciertamente dieron argumentos que sostienen la demanda de asociaciones de empresas y emprendedores de que se les propicie la libertad de decidir a cada comercio en función de cuestiones estratégicas en relación al territorio y la cultura que los contienen.
Expresó la UEJ:
“Las Instituciones Unión Empresarios de Jujuy, Cámara de Comercio de Jujuy, Cámara Pyme de Jujuy, Cámara de Comercio Exterior de Jujuy, el Bureau de Eventos y Convenciones de Jujuy, Cámara de Hoteles, Restaurantes y Afines de la Provincia de Jujuy y Cámara de Industria, Comercio y Turismo de El Carmen, representativas del quehacer empresarial de Jujuy, particularmente del sector de servicios, comercial y turismo, ante la manifestación pública formulada por autoridades del Centro Empleados de Comercio, sobre su intención de impulsar, nuevamente, la modificación del horario de atención al público del comercio de la provincia de Jujuy, quieren dejar sentada su posición al respecto, manifestando en consecuencia lo siguiente:
a) Debe primar la libertad de cada comercio de establecer el horario que le sea funcional teniendo en cuenta el rubro al que pertenece y la actividad que realiza. No todos los rubros deben tener el mismo horario, a algunos les será conveniente el horario corrido, a otros el horario cortado. Y se debe tener en cuenta la idiosincrasia de la provincia y la región. Siempre respetando la normativa y disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo y el convenio colectivo de trabajo, no se puede permitir una normativa que obligue a los comercios a adecuarse a un horario. Bajo ningún punto de vista puede el sindicato imponer y decidir el horario de cierre y apertura de los comercios.
b) La informalidad ha sido, es, y por lo que parece, será, uno de los grandes problemas económicos irresueltos por las autoridades, tanto nacionales como provinciales y municipales. Ésta le ha causado, y le causa, graves perjuicios económicos a la actividad legal establecida, tanto, como a las arcas del propio estado que deja de percibir importantes recursos tributarios. Si a la presión tributaria, una de las más altas del mundo, le sumamos la competencia desleal del comercio informal, la situación de las pymes jujeñas, particularmente las comerciales, se hace literalmente insostenible. El cambio de horario propuesto solo generará un fuerte crecimiento de la actividad informal, mayor evasión, mayor empleo en negro, constituyéndose en un claro impulso para esta, mientras que, por lo contrario, en la actividad formal y legal generará más cierres de pymes y más desocupación, más pérdidas de empleo genuino, principalmente en el sector comercio, ya de por sí, fuertemente afectado dadas las actuales circunstancias.
c) El cambio de horario propuesto significa un profundo cambio cultural y de hábitos en los ciudadanos de la provincia, por lo que sería muy importante que generalicemos el debate del tema toda vez que no solo debiera de cambiar el horario de atención al público el comercio sino también la Administración Pública, los bancos, a efectos de darle una adecuada coherencia al funcionamiento económico global de la sociedad jujeña. Algunos sectores de la actividad comercial ya lo intentaron en el pasado reciente y el resultado fue negativo, en especial en términos de ventas, con lo que, a la fecha, volvieron al horario tradicional de atención.
d) La diversidad climática de la provincia de Jujuy no permite pensar en una uniformidad del horario de atención al público a nivel provincial, las cinco regiones geográficas tienen diferentes condiciones climáticas en cada una de sus estaciones, con máximas y mínimas diferenciadas y que, en consecuencia, han generado hábitos culturales y de consumo totalmente diferentes. No es posible pensar que alguien va a salir a comprar un par de zapatillas en San Pedro o Libertador a las 14 o 15 horas, dados los 45 ó 50 grados de temperatura que alcanza el verano, como tampoco es posible pensar que en la puna alguien va a salir, en invierno, a comprar en horas de la mañana con temperatura bajo cero. Esta realidad nos impone racionalidad al momento de la discusión de establecer un horario unificado.
e) La infraestructura de los comercios locales no está, ni remotamente, preparada para que sus empleados almuercen en sus lugares de trabajo, no existen instalaciones adecuadas para tal fin en ningún comercio local, con lo que, imponer a los empleados que deberán comer en condiciones inadecuadas parece al menos una falta de respeto a su condición humana, salvo que el gremio mercantil pretenda que se hagan las inversiones para tal fin en una situación donde por lo que se pelea hoy es por la supervivencia de cada local para mantener el puesto de trabajo y no generar más desocupación en el sector. Esfuerzo que por otro lado viene siendo descomunal y realizado de forma callada por cada propietario de emprendimiento.
f) Jujuy desde hace mucho tiempo ha tenido la ilusión, y la aspiración, de transformarse en una provincia turística, aprovechando sus riquezas naturales, su paisaje y su cultura. Dentro de esta última, la riqueza cultural, la gastronomía jujeña adquiere una dimensión destacada. Se viene haciendo un enorme esfuerzo desde varios sectores, el Estado y particularmente el sector privado, para que ello sea una realidad. El cierre de los comercios, particularmente en el centro, conlleva a la muerte misma del movimiento general en él. Así, por ejemplo, un contingente turístico que vuelve a la ciudad de San Salvador de una excursión en la quebrada, buscando comer algo típico, comprar un souvenir, un recuerdo, etc., encontrará a las 18 hs. todo cerrado, sin actividad, sin gente. Si algo nos hace falta para matar esa ilusión es justamente no brindar servicios adecuados al turista.
g) La pretensión del Centro Empleados de Comercio de generar tal modificación es anterior a marzo de 2020, es decir anterior al inicio de la fase crítica de la pandemia que afecta, desde esa fecha hasta nuestros días, al conjunto de la sociedad en el país y en el mundo, por lo que sustentar hoy tal pretensión en fundamentos de tipo sanitarios, carece de validez. Por el contrario, queda expuesta como un oportunismo que aprovecha una situación de por si conflictiva y complicada, y como se ha visto en el presente, de dramáticas consecuencias en lo laboral y económico.
Por lo expuesto es que manifestamos que consideramos muy poco conveniente y apropiada la intención de establecer la obligatoriedad a todos los comercios de un horario de atención al público y que, avanzar en tal camino nos llevará al abismo más profundo de una crisis social y económica que, estamos seguros, nadie quiere vivir”.
Así las cosas y como vienen 2021, tanto el sector empresarial y emprendedor como el sindicato que representa a empleados/as tienen un tiempo duro hacia adelante. El frío y la segunda ola vienen creciendo a la par de los esfuerzos por superar una crisis que aún no termina de tocar fondo, al tiempo que el pánico mediático y los números reales del golpe de la pandemia golpean el espíritu y no dejan de alimentar una sensación de riesgo (necesaria en parte para asegurar cuidados) que se torna miedo, entendible.
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