Esta variante fue lograda por grupo de Mejoramiento y Calidad Vegetal de la Estación Experimental Agropecuaria Bordenave del INTA. Fernando Giménez, especialista y partícipe del logro, explicó que “la nueva variedad de soja fue desarrollada para adaptarse a diversos ambientes, sobre todo en aquellas zonas que poseen alguna limitante, como deficiencias nutricionales de los suelos o la presencia de sequías temporales”.
La nueva soja denominada “Rosana INTA 3.9 STS” (en reconocimiento a Rosana Kissner, técnica del grupo de Mejoramiento y Calidad Vegetal de la Estación Experimental Bordenave) tiene una amplia adaptabilidad y estabilidad en el rinde y un buen comportamiento sanitario debido a su tolerancia al ataque de las principales enfermedades que afectan al cultivo.
La nueva soja del INTA se destaca por el alto contenido de proteínas en el grano. “Si bien, esta no es una característica con importancia comercial, es el principal atributo nutricional del poroto de soja”, afirmó Federico Moreyra, de la Estación Experimental Bordenave, quien indicó que este aspecto “contribuirá a mejorar la calidad del grano a escala nacional”.
Si bien el nuevo tipo de soja se pensó para la región pampeana (zona agrícola del país por excelencia en cultivos de trigo, cereales, girasol, soja, maíz, papa, entre otros) en Jujuy esta producción es también relevante junto a otros cultivos como el trigo y maíz, en donde se llegó producir 34 mil toneladas, según últimos estudios.
El beneficio en la provincia podría verse en dos sentidos, por una parte en el incremento de la producción disminuida de 52 mil toneladas (en 2012) a 34 mil, a causa de la caída en los rindes; y por otra, en la posibilidad de extender la superficie apta para la actividad productiva (por las nuevas condiciones que brinda la semilla) y salir de la concentración en departamentos de Santa Bárbara y San Pedro, en donde está el 70% de la producción.
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